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Hija de Radomir Antic, exentrenador del Real Oviedo

Ana Antic: "Mi padre era el embajador de Oviedo por el mundo"

"Jokanovic, Jankovic y Prosinecki eran como sus hijos, y siempre decía que el equipo estaba en un puesto que no merecía"

Dusan, Vera, Radomir Antic y Ana, en una foto de familia. INSTAGRAM DE ANA ANTIC

Ana Antic (Belgrado, Serbia, 1974) es hija de Radomir Antic, extécnico del Oviedo (Zitiste, Serbia, 1948-Madrid, 2020), fallecido el pasado día 6 a causa de una pancreatitis. Ana Antic, que es una reconocida estilista instalada en España, analiza la figura de su padre en esta entrevista telefónica con LA NUEVA ESPAÑA. Tiene recuerdos intactos de la etapa del serbio en Oviedo. "Vivíamos en la calle Gil de Jaz, esquina Marqués de Pidal".

- ¿Cuántos mensajes han recibido?

-Incontables. Me gustaría agradecer a toda la gente, a través de mis palabras y en nombre de mi madre y de mi hermano, Dusan, todas las muestras de cariño recibidas.

- ¿Qué le dicen?

-Que mi padre les inculcó valores. Él estudió Psicología, esa parte la desarrolló en su profesión de entrenador y quería implantarla en sus equipos. Siempre digo que los homenajes hay que hacerlos en vida, pero mi padre murió joven. Se estaba recuperando de la pancreatitis aguda que tenía y falleció por una bacteria. Estas cosas, en el siglo XXI, pasan. Murió en pocas horas y a la familia nos pilló en shock. Pero me consta que mucha gente del fútbol le quiere hacer homenajes. También nos llamó el presidente de Serbia.

- ¿Cómo recordará a su padre?

-Por su eterna sonrisa, su amabilidad y su fácil trato con todo el mundo. Era consciente de lo que podía dar el fútbol a la sociedad y siempre intentó humanizarlo.

- ¿Cómo era en privado?

-Único. Una persona muy familiar y correcta, quizá demasiado correcta. Para él, la justicia siempre estaba por delante. Tenía valores y todos nos quedamos con ellos. Yo intento inculcárselos a mis hijos. Además, tenía mucho carácter.

- ¿Oviedo fue muy especial?

-Muchísimo. Recuerdo que intentábamos aprovechar los días libres y conocer Asturias. Siempre decía que de España aprendió la comida y la siesta (risas). De Oviedo nos quedamos con su belleza y, sobre todo, con su calidad de vida: pocas ciudades pueden presumir de tanta. Tenemos una casa en las montañas de Serbia y mi padre siempre decía que le recordaba a Asturias.

- ¿Algún recuerdo especial?

-Me acuerdo que Amieva tenía una tienda de fotografía y mi padre era un apasionado. Le compró una cámara e hizo un curso. Tenemos muchísimas fotos de Oviedo y de Asturias.

- Hizo buenos amigos.

-Tenía muy buena relación con el entonces alcalde, Gabino de Lorenzo. También le gustaba mucho la arquitectura de Oviedo. Mi padre era el embajador de Asturias y Oviedo por el mundo. Siempre presumía allá por donde iba.

- Su legado en Oviedo pasa por fichajes importantes.

-Jokanovic, Prosinecki... También estaba Jankovic. Eran como sus hijos. Mi padre hablaba con todo el mundo, profesionales del fútbol le pedían consejo por teléfono. No puedo explicar la cantidad de gente que me ha escrito diciéndome que en algún momento de su vida se había cruzado con mi padre y le había quedado grabado.

- ¿Su espina fue el descenso?

-Sí, él lo comentaba. A veces, el fútbol es cuestión de suerte, de intereses y de política: esa es la realidad. Prefiero quedarme con los momentos de gloria. Mi padre siempre decía que el Oviedo estaba en un puesto que no merecía, que debía estar más arriba. Y, una vez retirado, veía sus partidos. Cuando Hierro fue nombrado entrenador hablaban mucho.

- ¿Venían algo por Asturias?

-Hace un tiempo que no vamos, yo fui por trabajo. Mi madre fue a alguna visita médica, y cuando veníamos aprovechábamos. Asturias está en nuestro corazón y, en nombre de la familia, agradecemos a toda la gente el trato. El Oviedo fue a visitarle al hospital recientemente, cuando enfermó.

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