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CATENACCIO

Arnau y su equipo de autor

Arnau y su equipo de autor

La queja se expresó en un susurro porque no parece Ziganda un tipo de estridencias. Se le ve antes presentando una reclamación por escrito que montando lío en la oficina de atención al cliente. Por eso, sus palabras en la previa al primer envite liguero llaman tanto la atención. Por resumir su extensa comparecencia, una frase: "No siempre las cosas salen como uno quiere". Queda por determinar si su sentencia escondía decepción, resignación o un toque de atención a la labor de construcción de la plantilla pero sirve de advertencia para lo que tiene por delante. Tenía un equipo competitivo y ahora le toca construir un equipo competitivo. Sísifo en un banquillo. Arnau y Ziganda fueron los artífices del genial final de campaña del año pasado. Uno en los despachos resolviendo el sudoku del tope salarial con maestría. Otro en el banquillo, con una propuesta que sirvió de atajo al éxito. La suma de fuerzas dio como resultado un Oviedo con números de ascenso. A Ziganda, que respiraba con Lunin, se tranquilizaba con Luismi y se aliviaba con balones a Ortuño, le toca encontrar nuevos pilares. Dicen que la salida que más le duele es la de Bárcenas, ese elemento extraño al que supo exprimir. A Arnau poco se le pude reprochar de las salidas (quizás mayor capacidad de persuasión con Bárcenas) pero su trabajo se evaluará por las llegadas. Gente joven, inexperta pero con hambre. Arma de doble filo. Apuestas cortoplacistas en muchos de los casos. El riesgo es evidente. A Ziganda le toca sacar rendimiento a una plantilla con el sello de Arnau. El oviedismo confía en el binomio. A veces, las cosas sí salen como uno quiere.

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