La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis: El vestuario quiere algo más que la permanencia y el Oviedo se gana el derecho a mirar hacia arriba

Ziganda avanza en su idea de formar un equipo que se adapte a diferentes estilos; un rival incómodo y difícil de interpretar

Los jugadores celebran a Leschuk, tras anotar el segundo gol ante el Tenerife el viernes. | Miki López

En un ataque inusual de optimismo, el Cuco Ziganda sacó pecho tras el accidentado triunfo (el duelo vivió de todo) ante el Tenerife. “Salimos de la zona de abajo y seguimos trabajando. No renunciamos a nada”, expuso el entrenador. La frase esconde un sentir del vestuario. Hasta ahora, los futbolistas repartían su atención entre la zona baja y la pelea por el play-off. Consecuencia directa de la irregularidad del equipo. Ahora, la pelea por la salvación se considera ajena y el equipo quiere afrontar retos más ambiciosos. Los triunfos en Sabadell y ante el Tenerife, equipos instalados en las plantas bajas de la clasificación, le da al Oviedo el derecho a mirara arriba.

La mitad del camino a la salvación, en el bolsillo. Hay una cuestión matemática que refrenda esa ambiciosa intención. El señalada horizonte de los 50 puntos ya se encuentra a mitad de camino. El Oviedo suma 25 y aún restan cuatro partidos para dar por finalizada la primera vuelta. Los 50 son la tierra prometida para los que equipos que luchan por la permanencia, pero este año, en una competición que exagera las diferencias entre los de arriba y los de abajo, el premio puede ser más barato. En todo caso, el Oviedo mantiene un ritmo firme para seguir viendo de lejos los problemas y buscar un destino más satisfactorio.

Evolución continua del equipo. La sensación dentro del vestuario es que el equipo sigue creciendo, que va a más. Esa idea de evolución constante surge de dos factores. De un lado, el trabajo en El Requexón. La libreta de Ziganda marca la tendencia. De otro, las condiciones en las que la competición echó a andar. En la primera jornada, ante el Cartegena, había futbolistas que apenas se conocían. Otros, como Nahuel o Leschuk, tardaron semanas en entrar en calor. El Oviedo terminó de dibujarse con mes y medio de competición avanzada y los frutos siguen viéndose hoy en día.

La elección del acompañante de Blanco Leschuk condiciona muchas veces el estilo del equipo

decoration

Un conjunto con diferentes registros. Uno de los méritos de Ziganda es que va camino de lograr un Oviedo con distintas pieles. En Lugo o Sabadell, por citar dos partidos recientes, el equipo creció con la posesión del balón. Venía de duelos eléctricos en Las Palmas o Zaragoza, donde se reservó el derecho a correr y matar. La elección del acompañante de Blanco Leschuk condiciona muchas veces el estilo del equipo. Ante el Tenerife, Obeng fue el elegido, pero la expulsión de Pomares alteró el guion y el equipo tuvo que llevar el peso. Nahuel daña con espacios, Riki o Mier colaboran en la construcción y Obeng o Rodri dan mordiente. Ziganda parece dispuesto a mantener todas las alternativas para hacer del Oviedo un equipo difícil de prever por lo rivales.

La segunda línea, lista para el gol. Cuando la dirección deportiva cerró la llegada de Blanco Leschuk, la afirmación más repetida es que nadie esperar un delantero de 15 goles. Que el Tiburón daría otras muchas cosas, aunque no encajara en el disfraz de anotador. El argentino parece dispuesto a mostrar también su voracidad en el área, pero su rol en el campo favorece la aparición de los hombres de segunda línea en el área. Por eso, una de las intenciones del cuerpo técnico era sumar a los centrocampistas a la labor anotadora. Sangalli suma 4 dianas, Borja y Nahuel 3. También ayuda Edgar, con 2. Los goles como labor coral.

Borja se va de Moore. Miki López

Los de casa siguen sumando. No fue el protagonismo de Sabadell, con cuatro ovetenses en el once y Borja en la segunda parte, pero los canteranos volvieron a destacar frente al Tenerife. Borja recuperó su mejor versión en una de esas noches en las que se vuelve un enigma para los marcadores rivales: nadie sabe por dónde va a salir. Mier sigue con su evolución constante para demostrar una vez más que es un activo importante para Ziganda con el don de la versatilidad. Además, Lucas, Jimmy y Riki entraron en los minutos finales para asegurar el triunfo. La “quinta del Cuco” sigue aportando.

Cierre del año para crecer. A 2020 le quedan solo dos citas. El martes que viene en Coria, en la Copa, y el viernes, en Ponferrada, ante un rival del mismo barrio de la clasificación. Los objetivos son claros: pasar en la Copa y sumar en El Toralín para aumentar las dosis de optimismo de cara al descanso vacacional. Nadie se obsesiona con la tabla en el Oviedo, pero no se quiere perder de vista las posiciones de honor de la tabla.

Compartir el artículo

stats