La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El derbi ganado metro a metro: el Oviedo tuvo en El Molinón el mejor porcentaje de duelos de la temporada

El equipo de Ziganda, agresivo en la presión y afilado en la izquierda, mostró ante el Sporting su versión más fuerte

Lucas y Brugman felicitan a Bastón, que se señala el escudo. | Marcos León

Imposible desligar el elemento motivacional de un derbi. Imposible, más aún, cuando la semana está teñida de polémica, de cruce de acusaciones, de tensión contenida. El oviedismo se sintió ultrajado por la negativa del Sporting a mandar entradas y Ziganda supo tirar de ese factor. De ahí, las taquillas del vestuario visitante de El Molinón decoradas con fotos de la afición. Era el plus que le hacía falta a un equipo que lleva algunas semanas con muy buena pinta, comportándose como el conjunto más en forma de Segunda. Sobre el césped de El Molinón se mostró más fuerte que su rival en las pequeñas cosas. Sirva un ejemplo: el Oviedo se impuso en el 58,1% de los duelos, su marca más alta de la temporada.

El partido, la guerra, se divide en pequeñas batallas, acciones en las que el Oviedo fue inclinando la balanza de su lado. Ziganda diseccionó el partido y entregó un guion a sus hombres que les acercaría a la gloria. Y el asunto volvió a salirle bien. Es la tercera ocasión consecutiva que la victoria le sonríe en El Molinón.

Quien se imaginara a un Oviedo reservón se sorprendería de primeras. El equipo se plantó en terreno enemigo, con Bastón y Mier, novedad esperada, presionando en el área rival. Propuesta alegre. Reforzado por los últimos resultados, el equipo se muestra convencido de sus armas. Ya no teme.

Y con la pelota tuvo las cosas claras. Posesiones no excesivamente largas, con el balón con tendencia a escorarse a la izquierda, la zona donde Cornud y Borja Sánchez formaron la sociedad más productiva del partido.

Con el apoyo de Gastón Brugman, claro, el futbolista azul que más balones tocó (66) y más pases acertó (46). Esa inercia del uruguayo a asociarse con la zona zurda del ataque no es nueva. Lo que sí llamó más la atención es el papel principal de Pierre Cornud en la trama.

El galo fue el futbolista más desequilibrante. Ofreciendo siempre una salida limpia, llegando a línea de fondo, tomando buenas decisiones y poniendo centros medidos. Fue un dolor de cabeza para el sistema defensivo rojiblanco. Tocó 65 pelotas y acertó 32 pases, solo Brugman le superó. Borja Sánchez, otro de los destacados, fue clave en que la pelota siempre le llegara al galo en las mejores condiciones.

Ese era el plan del Cuco. Sorprender por la banda, debilitar al Sporting en los centros laterales, gran debilidad rojiblanca. Pero nada de eso se podría haber dado sin la intensidad debida. El Oviedo se impuso en el 58,1% de los duelos, superando su mejor marca hasta ahora, el 57,4% ante el Fuenlabrada de hace un mes. El Sporting solo se impuso en el 41.9% de los mismos. En cifras totales, los de Ziganda ganaron 61 duelos por 44 de su rival.

Fue ese cúmulo de pequeñas batallas ganadas el que permitió al Oviedo ir poco a poco instalándose en campo rival. La primera parte ofreció alternativas, momentos para uno y otro, y los del Cuco supieron esperar su oportunidad. Ya había sucedido en anteriores derbis, sobre todo en el de hace dos campañas, el que encumbró a Borja: Ziganda estaba dispuesto a comenzar otro partido desde el banquillo.

Por eso no le tembló el pulso cuando ordenó la entrada de Sangalli y Rama. No era una apuesta sencilla: ninguno de los dos, por unas razones u otras, han estado esta temporada en su lista preferente. Y el efecto fue inmediato. Porque Sangalli aportó frescura en la derecha y Rama empezó a aparecer entre líneas, en un lado y otro, para dar más pausa.

El gol, ensuciado en su ejecución por remate de Berrocal pero fruto de una gran jugada colectiva, fue consecuencia lógica de lo que se estaba percibiendo en la segunda parte. Quizás hubo algo de emocional en ese desarrollo de acontecimientos y el premio por el play-off sopló a favor del Oviedo mientras al Sporting le atenazó el miedo a perder otro derbi, pero también encuentra una explicación en lo futbolístico, en una guerra de guerrillas, deportiva esta, en la que los de azul siempre se mostraron más cómodos que sus rivales.

Compartir el artículo

stats