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Tito y César arropan al técnico en la vuelta al trabajo tras la derrota

Bolo delegó en el preparador físico Pablo Santis la mayor parte del entrenamiento y charló largo y tendido con Pablo Lago

A la izquierda, Bolo y Pablo Lago. En las imágenes de la derecha, Obeng (arriba) y Bolo, César, Tito y Lago, ayer, durante el entrenamiento en El Requexón. | | MIKI LÓPEZ

Al mal tiempo, buena cara. El Oviedo regresó al trabajo ayer tras la derrota ante el Cartagena en un ambiente enrarecido. No se trataba de un lunes más, consciente el entrenador y la plantilla de lo delicada de la situación deportiva. El técnico del Oviedo, arropado por los directivos, fue el último en salir de las oficinas, alrededor de las 10.45 horas, cuando los jugadores ya llevaban unos minutos ejercitándose en el campo número cinco. Gesto serio, pero tranquilo, el bilbaíno saludó educadamente a los presentes y siguió casi la totalidad del entrenamiento junto a su segundo, el asturiano Pablo Lago. Ambos compartieron confidencias sobre el rumbo del equipo carbayón. Bolo apenas intervino en el desarrollo de la sesión, dirigida por el preparador físico, Pablo Santis.

Tito y César arropan al técnico en la vuelta al trabajo tras la derrota

Más allá de alguna indicación puntual, el bilbaíno no habló con los jugadores. En El Requexón no había aficionados carbayones, aunque el padre de Marcelo Flores siguió atentamente la sesión, en la que participaron los suplentes ante el Cartagena y únicamente hubo dos titulares: Marcelo Flores y Tomeu Nadal. Los ejercicios consistieron en pequeños partidillos y posesiones de balón. Obeng estuvo especialmente atinado, anotando varios goles y recibiendo las felicitaciones de sus compañeros.

Tito y César arropan al técnico en la vuelta al trabajo tras la derrota

César Martín, director de relaciones institucionales, que además tiene una gran relación con el técnico, se acercó a la ciudad deportiva y conversó con él y con Lago durante varios minutos. A Bolo le dio un fuerte abrazo. Poco después llegó Tito, director deportivo, que se sumó a la cumbre improvisada, que duró unos veinte minutos, coincidiendo con el final del entrenamiento en la ciudad deportiva del Oviedo. Enrich, que fue titular, se sumó a la parte final, aunque no hizo trabajo con el resto de sus compañeros.

Tito también aprovechó para conversar con varios jugadores y tuvo un largo aparte con Luengo y también con Hugo Rama.

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