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Accionista pese al huracán "Sandy": la historia del flechazo de Juan Quintero en 2012 con el Oviedo

El seguidor, residente en Nueva Jersey durante la ampliación de capital de 2012, recuerda cómo compró acciones durante un apagón de 8 días: "Me identifiqué de inmediato con el club"

Un grupo de accionistas extranjeros en el Tartiere. | Real Oviedo

El huracán "Sandy" puso patas arriba la costa este de los Estados Unidos durante 8 días de apagón en noviembre de 2012. Juan Quintero, un español de padres cubanos exiliado en Estados Unidos desde que tenía 20 meses, fue de los afectados en su hogar de Nueva Jersey. "Teníamos un generador de gasolina que solo activábamos de vez en cuando porque era difícil encontrar gasolineras abiertas", recuerda el protagonista. Aquellas jornadas caóticas coincidieron con la ampliación de capital del Real Oviedo que le llevaría a una milagrosa salvación en la que los accionistas extranjeros tuvieron un papel protagonista. Juan Quintero, que hasta entonces no había oído hablar del club azul, fue uno de ellos, desafiando las condiciones.

Juan Quintero

Como tantos otros, Quintero se enteró de la situación del Oviedo gracias al mensaje de auxilio de Sid Lowe, periodista británico declarado fan azul, en su cuenta de Twitter. "Cuando lo leí me puse a buscar información y vi que era un equipo muy popular en Asturias. De inmediato me identifiqué con él", indica el seguidor a LA NUEVA ESPAÑA.

Lo de equipo representativo del Principado fue un factor decisivo, pues Quintero tenía un bisabuelo asturiano. Así que no lo dudó. El sábado 2 de noviembre, en pleno proceso por la salvación del Oviedo, el seguidor se saltó la rutina que exigía encender el generador solo de noche para conectarse a internet y suscribir cuatro acciones del Oviedo. Otro grano en una enorme montaña.

Aquella historia acabó de la mejor manera posible. La respuesta inmediata de los aficionados locales haciendo cola en el Tartiere para ayudar a su equipo (necesitaba al menos unos dos millones para regatear la causa de disolución) sirvió de cebo. Sid Lowe encendió la mecha. Y la respuesta fue colosal. Nadie se esperaba esa reacción en cadena. El club estuvo rápido para agilizar el proceso, con la habilitación de una página en la que poder suscribir acciones de la forma más ágil. La ampliación se hizo viral y miles de seguidores de todo el mundo se hicieron con una porción pequeña de un club de fútbol del que no había oído hablar. El colofón llegó en las últimas jornadas del proceso cuando Carlos Slim, el hombre más rico del mundo por aquellas, invirtió 2 millones de euros que daban estabilidad a la maltrecha situación económica de la entidad.

A Quintero, como a tantos otros, aquella campaña le hizo acercarse a un club que hasta entonces no significaba nada para él. "Durante algunos años, después de haber comprado las acciones, seguía al equipo habitualmente", relata, algo que fue decayendo con el paso del tiempo: "En los últimos tres o cuatro años me limito a ver lo que le sucede al equipo en las redes sociales".

Para el seguidor, "la labor del club con los accionistas extranjeros es mejorable. Creo que se podría agilizar la comunicación con los accionistas a través del correo electrónico. Sería la manera más directa de tener un contacto estrecho con el equipo". Además, considera que estrechar los lazos con todos los seguidores globales "podría llevar a incrementar las ventas de entrada o de merchandising del Oviedo, sobre todo entre los que tienen intención de visitar Oviedo para ver a su club en directo".

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