Sumar como rutina: este es el récord que mantiene el Oviedo en Segunda

Ha adquirido el Oviedo un ritmo de crucero en el que parece cómodo. Mantiene la ambición, se demostró el domingo pasado ante el Eibar, y le está sentando bien esa tendencia a ir a por los partidos. Los días brillantes, el equipo gana. Incluso impresiona con su juego: Elda, Albacete o Eibar como ejemplos. Los días que está mal no gana, pero sí puntúa. Es ese ritmo el que ha hecho sacar la cabeza de los puestos del pozo de la tabla y el que le va acercando, poco a poco, quizás a un ritmo más lento del que desearía el aficionado azul, a la zona del play-off. Ahora, tras el celebrado triunfo del pasado domingo (2-1), el premio de las eliminatorias por el ascenso se ha acercado hasta los cinco puntos. Más cerca que nunca en los últimos tiempos.

La última vez que el Oviedo perdió fue ya muy lejos. Sucedió en la jornada séptima, el 24 de septiembre, en el estreno de Carrión –con apenas un par de sesiones en El Requexón– ante el Valladolid. Ganaron los pucelanos con un latigazo de Marcos André muy cerca del final y Carrión percibió entonces que costaría mucho salir del pozo.

Y, sin embargo, no tardó en lograrlo el equipo azul. Ganó la siguiente semana en Elda (1-3) en una exhibición de fútbol ofensivo en la primera parte. Corroboró la inmediata mejoría con otro triunfo, este sufriendo (1-0), contra un Huesca también en problemas. En Butarque, siguiente semana, firmó el Oviedo una de sus actuaciones más serias, ante el poderoso Leganés: 0-0.

La visita del Albacete supuso recuperar la buena senda, con un 3-0 tras una brillante segunda mitad. Supo a poco el empate ante el Amorebieta (0-0), pero se remedió después derrotando al Alcorcón (2-0). En Zaragoza se sacó un punto (0-0) del intercambio de golpes, buen botín visto lo visto, y contra el Cartagena, colista, se pinchó en casa, pero al menos se conservó al final la racha de imbatibilidad, 1-1. Frente el Eibar, la remontada en una poderosa segunda mitad, 2-1, ha situado a los azules en la 12.º posición liguera, con 22 puntos, a cinco del Racing de Ferrol, sexto, y con un mullido colchón de seis sobre el Huesca, primero de los equipos en posición de descenso a Primera Federación.

Números de ascenso. La genial dinámica hace que el Oviedo no haya conocido la derrota en los últimos nueve encuentros en los que ha sumado 19 puntos de 27 en liza, con cinco triunfos y cuatro empates. En una hipotética clasificación que comprendiera esas nueve semanas, los azules serían segundos, solo superados por los 20 puntos que el Leganés ha conquistado en el mismo plazo. Eso sí, la derrota del conjunto pepinero en Burgos esas fechas hace que el Oviedo sea el equipo de Segunda con una racha sin perder más larga.

Defender con la pelota. En esta notable dinámica, hay dos aspectos futbolísticos que llaman la atención. El primero, la apuesta decidida por la posesión. El Oviedo ha pasado de ser uno de los conjuntos menos diestros con el balón a cuidarlo como algo primordial en su propuesta. Carrión ha defendido la posesión como arma para sumar desde el primer día. El segundo aspecto, aunque parezca contradictorio, parece estar relacionado con el anterior: el Oviedo es de los que mejor defienden del campeonato.

El hecho de tener tanto tiempo la pelota hace que los rivales se vean sometidos y se limiten los daños. A la propuesta hay que añadir el rendimiento individual de los zagueros, a más con el paso de las jornadas. Y, por supuesto, el de Leo Román, que está demostrando por qué es un habitual en las categorías inferiores de la selección y por qué el Mallorca tiene tantas esperanzas puestas en él. El Oviedo solo ha recibido nueve goles y el único conjunto de Segunda con una hoja de servicios más brillante es el líder Leganés, con 7 tantos en contra. Hay duelo por ser el menos batido.

Los goles, asignatura pendiente. Ya ha reconocido Carrión en más de una ocasión que el debe del equipo está en la labor realizadora. Y eso que el Oviedo ha mejorado de su mano, tampoco es que fuera difícil, pero necesita más de su frente de ataque. Paulino está funcionando como goleador y Carrión trata de rejuvenecer a Bastón. Ahora, falta que la segunda línea (Moyano, Colombatto o Viti) también contribuyan a mejorar. Y, sobre todo, un hombre: Jaime Seoane. Lleva tan solo un tanto y de él se espera más presencia en el área contraria y más definición. Puede ser clave en dar otro paso hacia adelante.

David Costas, líder del equipo. Son muchos los nombres que han mejorado sus prestaciones con el cambio de entrenador, los más dotados técnicamente, los más evidentes. Ahí están los casos de, por ejemplo, Paulino y Colombatto. Pero también la zaga ha dado un paso adelante y, en esa línea, el caso de David Costas es el más llamativo.

Su gran temporada no pasa desapercibida para nadie. Tampoco para la inteligencia artificial. La empresa Olocip, especializada en inteligencia artificial aplicada al fútbol, sitúa al vigués como el tercer mejor futbolista de la categoría y le otorga un valor de 6,17 en lo que va de Liga. Para establecer las valoraciones de cada futbolista, Olocip puntúa objetivamente cada acción desarrollada en el terreno de juego en su contexto: periodo, minuto del partido, resultado, condición de local o visitante...

Los dos futbolistas que le superan son ambos de vocación más ofensiva. Aketxe, del Eibar, lidera el ranking con un valor de 6,93, y le sigue Arana, del Racing, 6,48 de puntuación. El top-10 de Segunda se completa con: Arbilla (Eibar), Héber Pena (Racing de Ferrol), Sergio González (Leganés), Miguel de la Fuente (Leganés), Fernando Calero (Espanyol), Sergio Barcia (Mirandés) y Dani Raba (Leganés).

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