"Estamos robotizando a los jugadores, están perdiendo la pillería"

Xavier Annunziata (Santa Cruz de Tenerife, 35 años), el que fuera futbolista del Oviedo en la temporada 2013-14, vive con la misma pasión el fútbol desde el otro lado en su faceta como formador. En verano llegó a una de las canteras más importantes de Europa: la del Villarreal. Forma parte de uno de los departamentos más importantes para el club "groguet". Su filial se enfrenta hoy al Oviedo. Annunziata conversa con LA NUEVA ESPAÑA sobre esa mezcla que hace que la cantera del Submarino Amarillo sea la envidia de toda Europa.

–¿Qué tal en el Villarreal?

–Estoy muy contento. Cuando entras a trabajar allí te das cuenta de la grandeza que tiene el club. Es un gusto cada día ir la ciudad deportiva. Estoy trabajando en el departamento de desarrollo individual del futbolista con los juveniles y el Villarreal C. Es muy gratificante ayudar cada día a los chicos a que sigan desarrollándose. Estoy trabajando en la demarcación de los laterales, en la mejora individual de cada uno de ellos.

–¿Cómo de importante es que un club apueste por fomentar el desarrollo individual?

–Mire, lo acabo de decir en una ponencia: Estamos robotizando a los jugadores. Les estamos quitando libertad. A veces les decimos: "Esto así, así y así". Y los jugadores pierden esa pillería. Intentamos hacer entrenamientos más lúdicos, que estén al menos un día a la semana jugando uno contra uno o dos contra dos como si estuviesen jugando en la plaza del pueblo. El Villarreal ha sido pionero en el desarrollo individual. Comenzó a trabajar pronto esta área con Unai Emery, y ya se ven los resultados.

–Un ejemplo es Hassan.

–Yeremi Pino y Hassan representan ese fútbol rebelde. Eso es muy difícil de encontrar en el mercado. Tener a un jugador que encare, que la pida… Al final es muy importante porque te libera otra zona del campo.

–¿Cuáles son las claves del éxito?

–El Villarreal tiene la suerte en el fútbol formativo de que puede ir a buscar cualquier jugador de España o incluso fuera. El nivel es muy alto. En el departamento de desarrollo individual intentamos ese "feedback" para que los jugadores desarrollen todo el talento que tienen y que además no se conformen. No hay ninguna cantera en España que tenga a un filial en el fútbol profesional.

–¿En qué edades comienzan a trabajar de forma individual?

–En el club creen que alevín, infantil y cadete son edades aún muy formativas donde aún no tienen esa posición específica. A partir de cadete de segundo año ya están más cerca del fútbol profesional. A los más pequeños les hacemos tocar todo. Son todavía muy jóvenes para decir: "Tú eres delantero o lateral".

–¿Cómo es su día a día en Villarreal?

–Me levanto temprano, sobre las 7 y 20. A las 8 voy al gimnasio. Hago una horita que me viene bien para estar más activo. Luego voy a la ciudad deportiva. Desayunamos todos allí. Y hacemos trabajo de despacho. Si tenemos que hacer trabajo de campo, lo hacemos. O echar una mano a los técnicos en el día a día. Y por la tarde lo mismo: tenemos Juvenil Roda y B. Luego ya me voy para casa… Y allí, tranquilo (risas). Si puedo aprovecho para ver algo de fútbol.

–¿Le ha sorprendido la dimensión del Villarreal?

–La estructura del club me ha sorprendido mucho. Venía de trabajar en el Levante, que es un buen club de cantera, pero cuando llegas a Villarreal y ves la ciudad deportiva te das cuenta de todo lo que tiene. Eso hace que sea un referente a nivel nacional y europeo. La semana pasada vinieron 50 entrenadores de Corea del Sur. Anteriormente vinieron de Alemania otros tantos. Además, se respira algo diferente.

–Sin manejar claves se puede pensar que el Villarreal está hecho a base de talonario.

–Desde fuera puedes pensar "es increíble que una ciudad de 50.000 habitantes…". O que Roig pueda conseguir lo que consigue. Pero cuando estás allí te das cuenta que para el presidente la importancia es la formación de jugadores. Van a hacer dos campos nuevos en la Ciudad Deportiva. Y hay resultados. Las salidas de Chukwueze, Pau Torres y Jackson le han dado al club 100 millones de euros.

–¿Qué tal con Marcelino García Toral?

–Ha sido muy cercano. Él y también Isma. Ya los conocía y son los dos cercanos. Nos abren las puertas para ver los entrenamientos del primer equipo.

–¿Sigue teniendo el sueño de llegar a ser entrenador profesional?

–Sí. La experiencia en el Levante fue buena. Podía haber seguido, pero la situación del club era difícil. Surgió la posibilidad de venir aquí. Era un paso muy importante como formador.

–¿Cómo observa la evolución de Oviedo y Sporting con el cambio de propiedad?

-Orlegi y Pachuca se han dado cuenta del nivel de Segunda. Quizá el año pasado cuando llegaron no se habían dado cuenta de la verdadera dimensión. Pero están haciendo las cosas muy bien. El Oviedo con el cambio de entrenador ha mejorado mucho. Tiene una idea de juego muy clara y por el perfil de los jugadores le está yendo bien. Y el Sporting, también. Han tenido paciencia con Ramírez y está haciendo un trabajo excelente.

–¿Es optimista con los dos asturianos?

–Las dos propiedades están haciendo un gran trabajo. Ahora se han sentado unas bases. Ambas propiedades saben dónde quieren llegar. Cada vez que tengo tiempo libre los veo y están haciendo las cosas bien. Creo que esa paciencia está dando resultados, sobre todo en el Sporting con Ramírez. Le ha dado un plus y la conexión entre el equipo y la afición es muy buena. Y Carrión ha mejorado mucho al equipo. Se ve en los resultados del equipo.

–¿Necesita una revolución el fútbol asturiano para salir de esta crisis?

–No creo que el fútbol asturiano necesite una transformación, quizá necesita más tener paciencia. Poner unos cimientos, tener paciencia y quizá a veces se necesita un golpe de suerte. La paciencia es clave. En Villarreal se tuvo paciencia y se han ido consiguiendo las cosas con mucho trabajo.

–Estuvo dando una ponencia en Asturias hablando sobre el trabajo en cantera que hacen en el Villarreal.

–Para nosotros, enseñar nuestro trabajo en la Federación Asturiana y que se pueda ver cómo hacemos las cosas en el Villarreal es un motivo de orgullo. La gente quedó muy contenta y pudo ver cómo hacemos las cosas. Ha sido una experiencia muy buena que la gente de Asturias pueda ver cómo trabajamos.

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