Opinión | Canta y no llores

Decepción

Más allá de los árbitros y de las lesiones, el Oviedo no está bien, le falta frescura, chispa y hoy es un equipo previsible

Así fue el Cartagena - Real Oviedo

Así fue el Cartagena - Real Oviedo

Independientemente de los árbitros –menudo embarque–, de las lesiones, de los detalles que lastran y de la tabla, que dice que no hay nada perdido, una obviedad que hay que asumir para crecer: el Oviedo no está bien. No lo está desde hace varias semanas. Le falta frescura. Hoy es un equipo previsible. No tiene esa chispa que sí se percibía hace no mucho. Varios gestos lo delatan: por ejemplo, cuando un lanzador va caminando a sacar un córner con el resultado en tablas. En ocasiones parece que el Oviedo vive como si estuviese en octubre y no quedasen un puñado de partidos para poder, ojo, subir a Primera División. Casi nada. El equipo está fatigado, dudoso. Necesita gasolina.

Ninguno de los del pelotón de los aspirantes está para tirar cohetes, pero menudo consuelo. Mal de muchos… En resumen: si el empate en casa ante el Mirandés fue un bajón, la derrota en Cartagena es una decepción total. Un palo. Para muchos directivos del club, ese encuentro era clave.

Una victoria hubiese supuesto meterse de lleno en la pugna por el ascenso directo. Ahora… Dicho esto, hay tiempo para todo y cuando todo está oscuro puede encenderse una luz que cambie el panorama.

Sentarse a llorar sería de necios, pero para soñar con ascender no vale con esto. Urgen cambios, sobre todo de mentalidad, y se acumulan las preguntas en el campo. ¿Por qué Dubasin no para de tener oportunidades y otros jugadores siguen sin entrar? ¿No sería Lucas una solución oportuna para el tramo que queda de Liga? ¿Es necesario intentar sacar el balón jugado incluso cuando el contrario presiona en el área pequeña? ¿Necesita un respiro Moyano? Quedan seis partidos para despejar interrogantes y el Oviedo tiene dos opciones: o romper la tendencia y demostrar que es un equipo con hechuras de grande o volver a decepcionar a una masa social incansable que ya necesita alegrías.

Mientras tanto, en los despachos apuran el proyecto de la ciudad deportiva en La Manjoya después del chasco de Latores, del que todavía faltan explicaciones. La operación del complejo deportivo, contada al detalle en estas páginas, es algo que se le ha ido atragantando a Pachuca y que ahora, por fin, podría quedar despejada. Veremos.

El desenlace de estas negociaciones coincide con la visita, esta misma semana, de un importante directivo del grupo mexicano propietario del Oviedo. Bienvenidas las nuevas ideas que cambien malas tendencias.

Buenas sensaciones de Homenchenko hasta su expulsión

Homenchenko debutó como titular con el Oviedo ante el Cartagena y estuvo bien hasta su injusta expulsión, dando físico al centro del campo y siendo correcto en la salida de balón. El árbitro le birló seguir probándose y ahora Carrión deberá darle otra vuelta de tuerca al equipo ante el Tenerife. ¿Una pareja formada por Colombatto y Seoane?

El extraño caso de Borja Sánchez, que podría tener solución

Algo pasa con Borja Sánchez. Llegó en invierno y casi no está contando para Luis Carrión, que sus razones tendrá para no ponerlo. Exigirle en este contexto es una quimera. Desde febrero no juega más de veinte minutos en un partido. Si alguien pretende que el ovetense resuelva un partido en 5 minutos es que vive en otra dimensión. Tiene tiempo ún para aportar.

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