La ruta de la Olla de San Vicente, una piscina profunda en medio de montañas

A pesar de su breve recorrido, esta senda ofrece diversas formas de disfrutar de la naturaleza

En la montaña, rara es la ocasión en la que se encuentra una piscina profunda y caudalosa. Según la página oficial del Principado ed Asturias, la Olla de San Vicente es un destino que merece ser visitado.

El río Dobra es uno de los más verticales de Asturias. Nace en la vertiente leonesa de los Picos de Europa y finaliza su curso al unirse con el río Sella. A pesar de su breve recorrido, ofrece diversas formas de disfrutar de la naturaleza. En su zona alta, es ideal para practicar barranquismo, creando una garganta estrecha y empinada. Antes de llegar a Tornín, en Cangas de Onís, el río atraviesa los exuberantes paisajes de Amieva. En esta etapa final, el Dobra se calma, encontrando terreno llano por donde seguiremos nuestra ruta a pie.

"Bautizado por los celtas como 'Dubrán', que significa 'agua', el río lleva un nombre que le hace justicia. En nuestro paseo, descubriremos que el agua bien podría llamarse 'Dobra', ya que pocos lugares rinden un tributo tan hermoso al líquido vital. A pesar de las palabras y traducciones, después de esta caminata en la montaña, el nombre 'Dobra' quedará en nuestra mente.

Antes de llegar a la Olla de San Vicente, nos encontraremos con más pozas y charcas, profundas y cristalinas, alimentadas por un agua en constante movimiento y vitalidad. A lo largo de nuestra ruta, encontramos todas las formas posibles de baño: bañeras naturales, cascadas como duchas, jacuzzis de la naturaleza, piscinas... A su alrededor, la vegetación prospera, alimentada por las aguas del Dobra. Mientras avanzamos, vemos bosques autóctonos en las orillas: fresnos, arces, olmos, alisos, sauces... Conforme ascendemos, aparecen castaños, robles y hayas.

Agua y bosque en su estado más puro, todo enmarcado por montañas. El río Dobra mantiene sus aguas cristalinas gracias a la falta de contaminación, ya que su cuenca no alberga asentamientos humanos. Por esta razón, nuestra ruta debe ser respetuosa con el entorno. Al caminar, no debemos alterar su estado natural ni su pureza, ya que otros también querrán disfrutar del Dobra y sus orillas intactas como un legado de los majestuosos Picos de Europa. Dejemos una huella, pero solo con nuestras pisadas. Una vez en la Olla de San Vicente, la naturaleza nos brinda la oportunidad de refrescarnos y liberarnos del estrés. Además del amplio espacio de la laguna, en algunos puntos, la profundidad del agua supera los cinco metros. Disfrutemos del baño.

Aunque sus aguas cristalinas nunca llegan a estar completamente cálidas, entre junio y septiembre es el mejor momento para nadar, y nadie quedará decepcionado.

Rutas prestosas: Olla de San Vicente

Rutas prestosas: Olla de San Vicente

Cómo llegar

Tomamos la carretera que sale de Cangas de Onís hacia el Puerto del Pontón (N-625). Después de unos seis kilómetros y de pasar por el pueblecito de Tornín, veremos a la izquierda de la carretera un restaurante-venta. Estacionamos el coche allí mismo. Desde ese punto, el camino comienza muy cerca.

La caminata durará entre 30 y 40 minutos. El calzado debe ser cómodo, pero no es necesario un calzado técnico. Al principio, seguiremos una pista que luego se convertirá en un sendero.

El camino hasta la Olla de San Vicente está claramente marcado y no presenta pendientes pronunciadas. Además de disfrutar del río y la naturaleza circundante, encontraremos ejemplos de arquitectura tradicional en forma de cabañas y construcciones más antiguas, como el Puente Viejo, un puente romano de piedra, a unos 200 metros desde el inicio del recorrido. Aunque la ruta del Arcediano comienza aquí, seguimos paralelos al río. Continuamos por la pista hasta llegar a un pequeño valle llamado La Pandiella, donde hay cabañas, una pradera y un pequeño huerto. A pocos metros, el camino se estrecha, convirtiéndose en un sendero junto al río, tallado en la piedra caliza. Llegamos a unas hermosas cascadas. Un poco más adelante, atravesamos un túnel de alisos y avellanos y finalmente llegamos a la Olla de San Vicente. Aquí encontramos una explanada rodeada de frondosos tilos, un lugar perfecto para disfrutar de un bocadillo o prepararse para nadar".

Distancia

5,45 km

Desnivel positivo

230 m

Dificultad técnica

Fácil

Desnivel negativo

230 m

Altitud máxima

217 m

Altitud mínima

110 m

Tipo de ruta

Circular