Dos nuevos asaltos atribuidos a la banda del Seat han encendido las alarmas de las autoridades policiales en la zona centro de la región. En la pasada madrugada fueron al menos dos establecimientos hosteleros (uno situado en la calle Luis Suárez Ximielga de Colloto y otro en la calle de la Iglesia de Lugones), los que se vieron afectados por los robos, todos ellos cometidos con el mismo modus operandi que caracteriza a esta banda de asaltantes y que supone que los ladrones empotran un coche robado (normalmente de la marca Seat) contra la cristalera del establecimiento de hostelería para romper los cristales que protegen los negocios y poder acceder al interior de los locales, en donde se llevan el poco dinero en efectivo que encuentran en máquinas tragaperras y en las cajas registradoras.

Estos no son los únicos asaltos que se atribuyen a esta banda en los últimos días. La escalada delictiva ya ha llevado de hecho a la Policía Nacional a volver a activar el grupo especial de vigilancia en el que participan investigadores de varias comisarías y que hace varios meses consiguió frenar a esta banda. Un grupo de ladrones asaltó una cervecería de Lugones en la madrugada del domingo para llevarse la recaudación de la máquina tragaperras usando el mismo método que suele utilizar la “banda del Seat León”. Unos días antes tuvo lugar un robo en una gasolinera de Siero que también se asoció a este mismo grupo por el método que utilizaron los ladrones. En este caso tres individuos sustrajeron el vehículo de Iván Castro, joven que fue asesinado en La Felguera en 2017, que guardaban su madre y su hermano aparcado en Posada de Llanera. A continuación, los ladrones se dirigieron a la gasolinera de Ferrera, en Siero, y estamparon el vehículo, en este caso un Seat Ibiza negro, contra la puerta de la cafetería, para después entrar y llevarse la recaudación de dos máquinas tragaperras, lo mismo que hicieron ayer en la cervecería de Lugones.

Las víctimas preferentes de estos cacos son bares y estancos, aunque también han actuado en naves para llevarse los productos que había en su interior. En ocasiones han sustituido los coches por mazas o tapas de alcantarilla para reventar los escaparates de los establecimientos. Lo que no cambia es que una vez que tienen la entrada despejada, los ladrones irrumpen a toda velocidad en el local y se llevan todo lo que tienen a su alcance, buscando preferentemente dinero, aunque también suelen robar el tabaco y la bebida que encuentran en los bares que asaltan. Se ha dado el caso de llevarse las cajas registradoras de los comercios o los cajones de las máquinas recreativas.