Atardece en Lugones. Suena la marcha fúnebre de los gaiteros, Antón el Neñu. Y la familia, emocionada, sale de la Iglesia de San Félix, con gestos de cariño hacia los músicos, que honran el recuerdo del tamboritero Javier Álvarez, más conocido como Javi Castro; un último adiós en su casa, rodeado de vecinos y con música. Falleció el pasado sábado, por un problema cardiaco.
Los promotores de dar una calurosa despedida al integrante del “Grupo Principado”fueron, precisamente, dos de sus compañeros, Lidia García y Luis Pola. “Toqué con el en los encuentros de Candás. Yo lo recuerdo como un músico muy versátil, porque con un tambor y una caja te hacía maravillas. Se adaptaba a todos los palos. Pero sobre todo, era buena persona".