Juan José Lajo, director financiero de la empresa de camiones sierense Casintra, se desenvuelve igual de bien entre números que entre letras. De hecho Lajo es, además de empresario, doctor en Filología y enamorado de la lingüística. De ahí que acabe de sacar a la luz una obra singular, tanto en la forma como en el fondo: un diccionario de gaélico irlandés- asturiano sobre el que lleva décadas trabajando con devoción. 

No en vano, “me encanta el mundo de la lingüística, desde hace muchos años me dedico al estudio de las lenguas celtas, y mi tesis doctoral fue sobre el habla astur de Sanabria, un trabajo que también estoy pendiente de editar”, explica Lajo, para quien la actividad de traducción le resulta “muy relajante, con esta situación de huelga de los camiones que sólo te apetece escapar, llego a casa y me pongo a traducir al irlandés porque es lo que más me relaja”, explica. De hecho, es un experto en la traducción entre el irlandés, el inglés y el asturiano, una actividad que, quizás por su desempeño profesional, pueda chocar a primera vista. 

El diccionario que acaba de publicar es una obra de consulta general, compuesta por un total de 14.000 entradas, y además de la traducción al asturiano, explica la pronunciación, la etimología de cada palabra y la fraseología, con ejemplos de expresiones y construcciones lingüísticas, así como una gramática que completa el trabajo. 

Lleva trabajando en él desde los años 80, y asegura que “en realidad no me roba tiempo de mi trabajo, lo que más tiempo me roba es la familia y eso es lo mejor”, asevera. No en balde, aprender irlandés ha sido para él una forma de desconectar, y también un reto. “Los métodos de irlandés que había eran muy malos, así que me puse a hacer algo yo mismo que me sirviera”. Porque "lo mejor es poder leer en el idioma original, así que hace ya tiempo que decidí estudiar irlandés". Una afición motivada también por su gusto por la mitología celta, "con muchas similitudes con la asturiana", y por un conocimiento en general que ha tratado de recopilar en una obra de consulta inédita. 

 ¿Es difícil el gaélico? “No tanto, es ponerse, aunque de mano sí que parece bastante diferente”. Y además, la lengua irlandesa guarda otra sorpresa: “Tiene palabras muy parecidas al asturiano, con un origen común pero que acabaron evolucionando de manera diferente, así que resulta muy curioso”, explica Lajo, que no escatima esfuerzos en sus investigaciones. Un oasis de letras en un mar de cifras que al directivo le hacen la vida mucho más amena.