Joaquín Ruiz | Presidente del Grupo Folclórico El Ventolín

"Hay mucha gente aprendiendo y ahora mismo hay fiebre por la pandereta"

"Tenemos menos recursos que antes; los apoyos institucionales son mínimos"

Joaquín Ruiz.

Joaquín Ruiz.

Lucía Rodríguez

Joaquín Ruiz es desde hace tres décadas presidente del Grupo Folclórico y de Investigación El Ventolín, que celebra la edición número 43 de su Semana Folclórica. En esta entrevista repasa pasado, presente y futuro del colectivo.

–¿Cómo nace El Ventolín?

–El Ventolín nació en el año 1978 para la fiesta de Güevos Pintos. Por eso, nunca cobramos a la Sociedad de Festejos por nuestra participación en la festividad, en la que estamos presentes en la Bendición, la muestra folclórica y el Desfile Tradicional.

–¿Cuándo llegó al grupo?

–Hace 40 años, cuando El Ventolín ya tenía tres años de historia y aquí me quedé hasta que, diez años después de mi incorporación, asumí el cargo de la presidencia.

–¿Recuerda cómo surgió la Semana del Folclore Astur?

–En principio se empezó a hacer el Día de Baile Regional, que se hizo tres años. Era un solo día, un sábado, donde traíamos grupos asturianos. Sin embargo, nosotros contábamos con un colaborador, el cura Carlos Sánchez Martino, que además de ser un gran asturianista, tenía grandes ideas. Él fue quien nos aconsejó hacer una semana completa y dedicarla cada año a un tema diferente. A partir de ahí, empezamos a incorporar una provincia invitada y, dependiendo de ella, escogíamos el tema.

–¿A qué temas se dedicó la semana folclórica hasta ahora?

–Cuarenta años dan para mucho, pero hemos tenido la oveja, cuando invitamos a Salamanca, los caseríos del País Vasco, la mina, el mar, la sidra, los cancios de chigre, el mercado de la Pola...

–Este año la dedican a las escuelas de música tradicional.

–Esta edición tenemos menos recursos. De manera que hemos dedicido dedicarlo a lo nuestro: a la escuela de música y los instrumentos tradicionales. En este local, que compramos en 1998, está insonorizado, y hacemos ensayos de baile, pero también damos clases de música de gaita, tambor, acordeón o pandereta.

–¿Por qué esa falta de recursos de la que habla en este momento?

–Por un lado, el año pasado decidimos realizar la última subasta de cuadros que veníamos haciendo desde hacía 40 años. Pintores asturianos nos donaban obras que la gente de la Pola compraba para colaborar y esto nos valía de apoyo para sufragar gastos, pero ya nos parecía un abuso. Y por otra parte, los apoyos institucionales son mínimos, tanto por parte del Ayuntamiento como el Principado. Tan solo tenemos una aportación por parte de Caja Rural, que es quien nos apoya económicamente desde prácticamente los inicios. Por eso decidimos cambiar un poco el formato este año y dedicarlo a nuestra propia escuela.

–¿Cuánta gente participa en esa escuela?

–El grupo de mayores está compuesto por 20 personas, pero la escuela está en un auge tremendo y ahora mismo tenemos alrededor de 40 inscritos. Hay niños a partir de los siete años, pero se está apuntando mucha gente de 30 y 40 años. Sobre todo padres que vinieron a traer a los niños y se quedaron.

–¿Cuál diría que es el instrumento tradicional con más auge actualmente?

–Ahora mismo hay mucha fiebre por la pandereta. Hay muchas pandereteras y con mucho nivel. A la gente le choca lo que se saca de una pandereta, porque piensan que se limita a darles golpecitos, pero es un instrumento muy provechoso. Solo con una pandereta, puedes hacer baile.

–¿Hay entonces cantera para la música tradicional?¿Tiene futuro?

–Hubo una época en la que la música tradicional estuvo en crisis y parecía que se perdía, pero de dos años para acá, está en un auge tremendo. En mi opinión está mejor que nunca.

–¿Cuál es el objetivo de la Semana de Folclore Astur de este año?

–Visibilizar y dar difusión a lo que hacemos aquí, en nuestras escuelas. De hecho, tenemos programadas unas jornadas de puertas abiertas durante el miércoles, el jueves y el viernes, para que los que estén interesados puedan acudir al local, probar y, si les gusta, quedarse.