Muñó escancia por la cultura sidrera: así fue la gran fiesta de la bebida más asturiana

La asociación de vecinos de la localidad sierense ofreció cincuenta cajas, con 3.600 pinchos, en una animada degustación de sidra casera

Asistentes al pincheo celebrado ayer en Muñó. | Á. R.

Asistentes al pincheo celebrado ayer en Muñó. | Á. R.

Ángela Rodríguez

En la localidad sierense de Muñó cultivan más de treinta variedades de manzanas, hay numerosos llagareros aficionados y mucha pasión por la cultura sidrera. Para difundirla y mantenerla crearon hace ya tres años el Encuentro de Degustación de Sidra Casera, cita que este domingo congregó a centenares de personas en la carpa habilitada en el entorno del campo de la iglesia.

Varios miembros de la directiva de la Asociación Escueles de Muñó, organizadora de la cita, con elaboradores de sidra y otros vecinos. | Á. R.

Varios miembros de la directiva de la Asociación Escueles de Muñó, organizadora de la cita, con elaboradores de sidra y otros vecinos. | Á. R. / Ángela Rodríguez

"Nos juntamos unos cuantos aquí en el pueblo y surgió. Ahora está consolidado y va creciendo. El año pasado vendimos 260 vasos y se bebieron 40 cajas de sidra. Además, aparte del pincheo que ofrecemos desde la asociación, los vecinos colaboran y otros traen su comida y se juntan aquí con su familia en las mesas", explica Vidal González, miembro de la directiva de la Asociación Escueles de Muñó.

El colectivo es el organizador de la cita, que comenzó en torno a las 12.30 hora. Aunque algunos no se resistieron y empezaron a escanciar ya antes. "Es muy guapo comer y cantar todos juntos", señalaban los vecinos. La música en directo la pusieron las mujeres de "El Ñeru de Ra", que hicieron levantar el vaso al público y corear "Viento del Norte" o el himno a la sidra, entre otros clásicos de este tipo de encuentros.

Tampoco el Club Sierense de Amigos de la Manzana quiso perderse la cita. Su presidente, David Menéndez, alabó el empeño del pueblo de Muñó, donde cuentan con algunos socios. "Esto no se puede perder, es lo único que nos queda", destacó.

El club sierense, que cuenta con socios hasta en el País Vasco, también aportó sus botellas de sidra para la gran fiesta de Muñó. "Hechas en el llagar comunitario, con manzana de la pumarada del club y de un socio que nos las cede", explicó Menéndez. En total, los organizadores de la fiesta hicieron acopio de medio centenar de cajas. "Unas treinta de los elaboradores y otras veinte que ponemos en la asociación", detalló González.

Para acompañar, unas docenas de huevos cocidos y hasta 3.600 pinchos que Rocío Martínez y otras vecinas del pueblo prepararon en el siempre menos visible trabajo de cocina.

Con tres hectáreas de pumaradas, Javi Fonseca es la cuarta generación de El Carbayu. En su casa no comercializan la sidra pero siguen haciéndola por continuar con la tradición. "Un año de manzana bueno puede dar unos 10.000 kilos", explicaba ayer, mientras escanciaba a mano culetes de la sidra de Manolito Valdes Vigil, de La Riestra.

Nacho García fue otro de los productores que participó con su sidra en el encuentro de degustación. En su caso, la pasión sidrera comenzó con su padre, José Aurelio, y ahora hacen unas cuantas botellas para compartir. "Hay llagar en casa y hay manzana, así que nos animamos a elaborarla y pasar una tarde pisando. Cuando viene alguien a comer, le pones un poco de sidra de casa, que es algo más dulce, para que puedan tomar también los pequeños", apuntó García.

Para los más jóvenes o los que prefieren el sabor a manzana sin alcohol, en Muñó reunieron alrededor de veinte litros de sidra dulce del llagar Bernueces. Y es que la clave no está en el alcohol, sino en seguir teniendo motivos para brindar con vecinos y amigos.