Si el pasado domingo celebrábamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, hoy celebramos su Resurrección. Si no hubiera ocurrido  nuestra fe sería vana, no tendría sentido. Después del Triunfo, de la Gloria, los mismos que le han encumbrado, le persiguen, le prenden , le condenan y ajustician, ya que  en menos de veinticuatro horas “me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores , taladran mis manos y mis pies…”(Salmo 20) . Esto ocurre con frecuencia también en la vida diaria y en diferentes campos de la vida. La Cruz y el Crucificado no están lejos ni en el espacio ni en el tiempo. Están a la vera del camino, en la calle, en la flauta del que pide, en su mirada famélica, en la desesperación del que huye, del perseguido y odiado, del invadido , del que se queda sin casa ni pertenencias también en menos de veinticuatro horas,  del sin techo…

Del 10 al 17 de abril , Semana de Pasión, hemos tenido de todo: Se pesca el primer Campanu de la temporada en el río  Narcea, con un peso de 6,7 kilos; la señora Calviño garantiza la revalorización de las pensiones; se anuncia una inversión de 530 millones para recuperar trenes y carreteras; Feijóo le dice al PSOE que si le preocupa Vox deje gobernar a la lista más votada; Putin advierte a Europa de “consecuencias dolorosas” si prescinde de los hidrocarburos rusos; el Banco Central Europeo dejará de comprar deuda pública en la segunda mitad del año; la catedral de Notre Dame comienza a renacer tres años después del incendio y España --desconozco los motivos- se convierte en el primer país del mundo en consumo de Lexatin… Y mientras los creyentes recreamos la persecución, detención , ejecución  y muerte del Señor  llegan a nosotros los gritos desgarradores del genocidio ucraniano,-Borodianka, Bucha,Kiev, Mariupol, Odessa…-  y  las amenazas indiscriminadas de Putin a  a todo aquel que se oponga a “sus nobles planes militares”.

Esta Semana Senta de Pasión tiene nombre propio: Ucrania y sus habitantes. Las palabras, después de más de cincuenta días de conflicto , de miles de muertes y ejecuciones sumarias, se quedan sin contenido, ya no comunican a nuestra aterrada conciencia que dice y grita  BASTA. No puede mirarse para otro lado. Hay que parar tanta locura. ¿Cómo? Algo tenemos que hacer.

Cuando pensábamos que la guerra era cosa de otras latitudes y de otros tiempos, a pesar de la cercanía en el tiempo de la Guerra de los Balcanes y la desmembración de la otrora República yugoslava, he aquí, que en pleno siglo XXI, en la época de Internet y de la inteligencia artificial , y cuando la pandemia sigue provocando dolor y muerte, explota una guerra, de consecuencias imprevisibles a las puertas de casa,- de momento la cesta de la compra( pan, leche, aceite, fruta…) luz, carburantes… han subido de manera preocupante e imparable- y esto parece que no ha hecho nada más que empezar. La inflación del 9,8% lo dice todo. Nos empobrecemos.

Este sábado, cuando escribo, víspera del Domingo de Resurrección, y antes de la Vigilia Pascual que con toda solemnidad se celebrará en la Iglesia de San Pedro Apóstol de Pola de Siero, a las 22.00, horas, mi plegaria y oración es por Ucrania y sus injustamente crucificados habitantes, para que de una vez por todas brote la paz, que  la esperanza, después de tanto dolor y muerte, encuentre hueco en sus corazones,  y que germine y se fortalezca el amor en Día de la Resurrección del Señor o Día del Amor. ¡Te lo pedimos Señor!

Para concluir hago mías las certeras palabras pronunciadas por su Santidad el Papa Francisco este Viernes Santo, en el vía crucis, cuando dijo: “Señor desarma la mano alzada del hermano contra el hermano. Haz que no nos comportemos como enemigos de la Cruz de Cristo”.  

¡El amor siempre vence  ¡Felices Pascuas!

P.D “Lo escrito , escrito está”: “Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos “(San Juan 18,1-19.42) y añado”de los gentiles “