La defensa de lo obvio

Sobre la votación de la ley de Amnistía

Ricardo Junquera

Ricardo Junquera

Hace unos días, mientras caminaba, iba escuchando una entrevista a Pedro Olalla, ese asturiano afincado desde hace muchos años en Grecia, escritor, profesor, helenista, cineasta y más cosas; un tremendo humanista. Y me quedé con una de las ideas que expuso en esa entrevista: "La defensa de lo obvio es mucho más necesaria de lo que cabría esperar".

Y sacando esa frase del contexto en el que Olalla la expuso, el eje de la conversación era el humanismo, me quedé con ella a raíz de los últimos acontecimientos políticos que estamos viviendo en España: el portazo que el otro día un grupo de catalanes independentistas dio a sus socios de legislatura. Viendo ese portazo me vino también a la cabeza una anécdota del general Primo de Rivera, el dictador que gobernó en España entre 1923 y 1930 y que lo primero que hizo cuando tomó el poder fue suspender la Constitución de 1876, hasta ahora la más longeva de nuestra historia. Pues resulta que, al poco de llegar al poder, fue a ver una obra de teatro en Barcelona, en una sala en la que estaba prohibido fumar. Antes de empezar la función, el general sacó un enorme puro y se dispuso a encenderlo; el acomodador, que entonces los había, se cargó de valor, se acercó a él y le dijo: "Disculpe, mi general, pero en esta sala no se permite fumar". Y Primo de Rivera le contestó mientras encendía el habano: "Mire usted, me acabo de fumar la Constitución, como para no fumarme un puro".

Pues algo así es lo que posiblemente hayamos visto estos días. Estos chicos independentistas que también se están fumando la Constitución y las leyes de nuestro Estado de Derecho, y que se permiten el lujo de poner a parir a los jueces que pretenden aplicarlas, acaban de encender sus puros con una ley que, aunque al parecer estaba previamente pactada, no era de su absoluta conveniencia. Ten amigos para eso. Hablando de amigos, una vez oí que los buenos amigos se diferencian de los malos en que los buenos no sabes cuando te van a traicionar. Pero los otros sí, resulta obvio: en cualquier momento.

Pues eso tan obvio es lo que alguien, al parecer, se perdió en el camino; qué se le va a hacer, es lo que hay. Quiero recordar también una frase del que fuera coordinador general de Izquierda Unida y a veces buen clarividente, Julio Anguita, cuando ya en el año 2015 y refiriéndose al conflicto catalán, dijo aquello de que "vamos a un choque de trenes conducidos por insensatos". Dicho quedó y no sé si ahí seguiremos.

Por último, voy a referirme a una reunión que hubo la semana pasada entre el siempre mediático alcalde de Siero, el socialista Ángel García, "Cepi", y Álvaro Queipo, el presidente de los populares asturianos; uno de los titulares de esa reunión es que su objetivo era la de tirar los muros en la política. Pues sí, también resulta obvio que es imprescindible, para el bien de los gobernados, que entre nuestros gobernantes existan los menores muros posibles, sobre todo entre dos partidos que representan a la gran mayoría de los votantes españoles, esos votantes que probablemente también por inmensa mayoría prescindirían de las obligaciones impuestas por unos socios de gobierno cuyo único objetivo es el de independizarse de este país al precio que sea y no llevándose sus maletas precisamente vacías.

Pero, claro, con el patio como está, a ver quién es el listo que sale a defender lo obvio.