El estadio que albergará el próximo 29 de junio la final de la Eurocopa de fútbol, el Ernst Happel de Viena, acogió hoy un espectáculo bien distinto al congregar a 1.840 personas que posaron desnudas para el fotógrafo estadounidense Spencer Tunick.

El acto, que duró más de 4 horas, reunió esta cifra de voluntarios que se distribuyeron por las gradas y los alrededores del terreno de juego.

El césped sobre el que se proclamará el próximo campeón de Europa no fue utilizado, ya que el coliseo vienés se entrega mañana oficialmente a la UEFA y se temía que la hierba pudiera sufrir daños.

Aparte de los nudistas, el artista estadounidense empleó unos 1.000 balones de fútbol para crear las distintas escenas de su montaje, según informó hoy la radiotelevisión pública ORF en su página web.

Este multitudinario desnudo fue organizado en colaboración con la galería de arte Kunsthalle y la iniciativa gubernamental "Austria al balón" creada para promocionar el torneo.

La fotos de la instalación serán expuestas a partir del 23 de junio en los exteriores del Museo Kunsthalle de Viena.

El millar y medio de nudistas, de los 3.000 que inicialmente se habían apuntado a la acción, tuvieron la suerte de disfrutar de un cálido y soleado día primaveral en la capital austríaca.

Pese a ello, Tunik no logró su objetivo de reunir a 2.008 personas, cifra alusiva a la Eurocopa 2008.

El fotógrafo neoyorquino ha realizado desde 1994 más de 75 de estas instalaciones, siendo la más multitudinaria, con 18.000 personas, la del año 2007 en la Plaza del Zócalo en México.

En Viena, Tunik ya convenció a 400 personas para que se desnudaran en las cercanías del Museumsquartier en 1999.

El aforo provisional del estadio Ernst Happel, inaugurado en 1931, es de unas 52.000 plazas, después de una inversión de 37 millones de euros para acondicionarlo para el torneo.

El campo acoge a los partidos de la liga nacional austríaca y también ha servido de escenarios para encuentros internacionales memorables, como la final de la final de la Copa de Europa de 1964 en la que el Inter de Milán venció al Real Madrid por 3-1.