Gijón, J. MORÁN

La encíclica social de Benedicto XVI, «Caridad en la verdad», recién publicada, suscita ya las primeras valoraciones en miembros de la Iglesia de Asturias. Javier Gómez Cuesta, párroco de San Pedro (Gijón), la califica como «la primera gran reflexión seria sobre la ética en este siglo XXI». Cuesta considera que se trata de «una llamada a la ética, al amor de la caridad, a la solidaridad, porque estamos viviendo sin ética y de ahí la gran crisis económica, que hace sufrir al hombre y tambalearse a los países desarrollados, que se creían inmunes».

Gómez Cuesta resalta también que «no condena el sistema de mercado, que es una forma de interrelación de los hombres, pero este mercado necesita a todos como interlocutores iguales; no hay mercado sin solidaridad».

Fernando Llenín, párroco de San Francisco de Asís (Oviedo) llama la atención sobre la «integralidad» de la encíclica. Primero, «porque la doctrina social está integrada en el corpus doctrinal de la Iglesia sobre la fe, la verdad, el amor...». De ahí que Llenín cite dos encíclicas de Juan Pablo II - «Veritatis Splendor» y «Fides et ratio»- para «entender esos conceptos». En segundo lugar, «Benedicto XVI habla del desarrollo integral del hombre, la economía, en la moral, en su individualidad o en su sociabilidad».

El párroco ovetense considera asimismo «muy interesante» que la encíclica «recupere y reivindique a Pablo VI en la Iglesia contemporánea». A la vez, Benedicto XVI ha proporcionado «un cuerpo de doctrina sobre el fenómeno de la globalización, del que sólo teníamos pinceladas». Llenín considera especialmente llamativo el «análisis de la crisis económica y la propuesta de dar protagonismo a la sociedad civil, a las organizaciones sindicales, por ejemplo».

José Manuel Parrilla, sacerdote y profesor de Sociología en la Universidad de Oviedo, destaca como Llenín que la encíclica «retoma el magisterio de Pablo VI, un pontífice que fue llamado anti-papa por sectores de la Iglesia, los mismos que consideraban a Juan Pablo II como Papa mal informado, a raíz de la encíclica "Solicitudo Rei Socialis" (1987), que también cita ahora Benedicto XVI». Parrilla agrega que «a León XIII lo tildaron de comunista cuando reconoció en la encíclica "Rerum Novarum" (1891) el derecho de los trabajadores a asociarse, o cuando habla de una multitud de proletarios sometida a unos pocos opulentos».

El mensaje social de la Iglesia «siempre ha sido crítico con los excesos del capitalismo y ha defendido los derechos de los trabajadores, al tiempo que ha dicho que las necesidad humanas básicas no pueden estar a merced del mercado y que el Estado ha de intervenir a favor de los más perjudicados». Parrilla también sostiene que «se está diciendo que es una encíclica de izquierdas, y yo creo que el mensaje social de la Iglesia coincide con los planteamiento de la izquierda moderada».

Por su parte, José Sánchez, ex obispo auxiliar de Oviedo y obispo de Sigüenza-Guadalajara, expresa en una carta a sus diocesanos que «Caridad en la verdad» es «un precioso documento, denso en contenido» y «una actualización de la Encíclica "Populorum Progressio" de Pablo VI». Según Sánchez, la «clave para su lectura» es que «caridad y verdad constituyen las dos líneas-fuerza de toda acción social y de todo trabajo por la justicia». Pero «la caridad y la justicia necesitan ser iluminadas por la verdad. No son sólo cuestión de opiniones, de sensaciones subjetivas o de determinaciones cambiantes o sometidas a decisiones coyunturales. La verdad es la luz que da sentido a la caridad, y esta luz es simultáneamente la de la razón y la de la fe».