«Queridísima Susi», amor póstumo

Oviedo / Madrid,

M. S. M. / Efe

La carta de amor, hasta ahora inédita, que el poeta Ángel González dejó a su esposa, Susana Rivera, en un sobre cerrado con la recomendación de abrirla sólo «en caso de fallecimiento», cierra la antología «Querida», editada por Península, que reúne dieciocho misivas a otras tantas mujeres de escritores españoles actuales.

Eduardo Arroyo, Javier Reverte, Vicente Verdú, Gustavo Martín Garzo, Luis Goytisolo, Eduardo Mendicutti, José Luis Borau, Bernardo Atxaga o Benjamín Prado son algunos de los autores de esta obra colectiva, que acaba de presentar la editorial.

En la carta póstuma de Ángel González, escrita en el año 2000, el poeta, uno de los más importantes del siglo XX, le pedía a Susana Rivera que sólo la abriera a su muerte, que ocurrió ocho años más tarde, el 12 de enero de 2008. El poeta fue enterrado al día siguiente en el cementerio de Oviedo junto a la tumba de su madre.

González confiesa en el texto que sólo le entristece la muerte por una razón, por no poder volver a ver a su esposa, la persona «que más quiero en este mundo -dice-, también la más honesta, la más íntegra, la más buena: la mejor».

«Gracias por toda la felicidad que me diste. Recuerda tú los momentos de felicidad que vivimos juntos y que esos recuerdos te sirvan de ayuda en estos momentos tristes. No te dejes dominar por la tristeza», continúa el poeta, quien se despide con un beso «muy largo, interminable».

Para publicar este volumen, el editor Pepe Verdes invitó a una serie de intelectuales a escribir a una mujer y, fortuitamente, tuvo noticia de la carta de González a través de Benjamín Prado, buen amigo del poeta, al que acompañó algunos veranos en las vacaciones gaditanas en casa de Almudena Grandes y Luis García Montero. El editor decidió incorporarla a «Querida. Cartas de hombres a mujeres», gracias a la generosidad de Susana Rivera.

Los intelectuales invitados al proyecto debían redactar una carta a una mujer, sin que la relación existente con ella fuese determinante, ya que podía tratarse tanto de una amiga del colegio, como de una amante, una madre o una desconocida. La intención era descubrir si es cierto el supuesto de la imposibilidad de algunos hombres para comunicarse con las mujeres.

Entre los autores figuran el cineasta José Luis Borau, que se centra en la novelista y amiga Soledad Puértolas; Luis Goytisolo, que se dirige a una mujer muerta; Javier Reverte, que elige a Maureen O'Hara, y Eduardo Mendicutti, que escribe a Almudena Grandes y comienza con la frase: «El matrimonio nos está distanciando». Entre los autores hay cuatro nacionalidades -española, colombiana, peruana y chilena- y edades diversas.

Septiembre de 2000

Queridísima Susi,

Alguna vez tenía que ser. Esto no hay quien lo evite. Sólo por una razón me entristece la muerte: porque ya no voy a volver a verte. Eres la persona que más quiero en este mundo: también la más honesta, la más íntegra, la más buena: la mejor.

Gracias por toda la felicidad que me diste. Recuerda tú los momentos de felicidad que vivimos juntos y que esos recuerdos te sirvan de ayuda en esos momentos tristes. No te dejes dominar por la tristeza. Trata de ser feliz y de que sobreviva en ti siempre ese maravilloso espíritu de alegría que tuviste siempre. No pierdas nunca esa maravillosa sonrisa que iluminaba el mundo. Hazlo por el amor que sentí -que siento todavía cuando escribo ahora- por ti.

Con ese inmenso amor pienso y pensaré siempre en ti.

Un beso muy largo, interminable,

Ángel