Editor cinematográfico

Gijón, Eloy MÉNDEZ

Los tres Goya que adornan una estantería en la casa de José Salcedo -sumados a sus once nominaciones- son el mejor reflejo de la exitosa trayectoria de uno de los grandes editores del cine español. La lista de películas en las que ha trabajado es tan larga que no cabría en un folio. Destaca, sobre todo, su labor en los filmes de su íntimo amigo Pedro Almodóvar. Ayer participó en un coloquio en el Jardín Botánico.

-Dicen que los directores detestan a los editores porque son, en realidad, los encargados de corregir todo lo que va mal durante el rodaje.

-Eso es una leyenda. El editor es una pieza clave porque es el encargado de mantener viva la historia mediante la yuxtaposición de las imágenes. Por eso, ve cómo evoluciona el rodaje, pero en ningún caso contradice al director. Eso sí, es necesario dejarle claro al director que tienes buen rollo con él, así el trabajo de ambos sale mucho mejor.

-¿Cómo se ejecuta un buen montaje?

-Un buen montaje es el que se hace desde el principio de la película, es decir, el que no precisa de improvisaciones. Para eso, es necesario tener las cosas claras.

-El editor, ¿es consciente de cómo evoluciona un actor a lo largo de la película en su relación con el personaje al que da vida?

-Por supuesto. Y parte de su función precisamente es que haya una lógica dentro de esa interpretación. Es decir, que no se vean cambios bruscos ni el aspecto exterior ni en el interior de los personajes. Hay que tener en cuenta que el que monta una película es su primer espectador, por lo que tiene que quedar feliz con la película. Si no, a ningún otro espectador le convencerá.

-¿Es fácil trabajar con Almodóvar?

-Para mí es como de la familia. Ahora bien, en sus orígenes Pedro hacía un cine más genial, más espontáneo. Aunque su cine de ahora es técnicamente mucho mejor.