Gijón, J. C. GEA

Una feria bien aprovechada, en consonancia con la satisfacción oficial y a despecho de las negras expectativas: es el balance en el que coinciden, a grandes rasgos, las dos únicas galerías asturianas presentes en la que quizá haya sido la más controvertida de las ediciones de Arco, la feria de arte contemporáneo que ayer cerró su 29ª edición con unos 150.000 visitantes y unas ventas que han «superado las expectativas», según Luis Eduardo Cortés, director general de Ifema.

Tanto Espacio Líquido como ATM Contemporary / Altamira, ambas radicadas en Gijón, consideran cubiertos los objetivos de ventas, promoción y contactos con los que acudieron a la cita madrileña. Diego Suárez, de ATM, que ha sido seleccionada por primera vez este año, asegura que, en contra de las previsiones, «la actividad no se ha visto resentida por los avatares internos ni por la crisis» y afirma que las expectativas se han cumplido «en todas las dimensiones, tanto en la comercial como en la de promoción, que para nosotros es fundamental para la consolidación de nuestros artistas». ATM ha participado con el gijonés Jorge Nava, Ixone Sádaba, los portorriqueños Melvin Martínez y Michael D. Linares -éste en el apartado «Solo projects»- y Ángel Masip.

En términos muy parecidos se expresa Nuria Fernández, de la veterana Espacio Líquido, que ha ensamblado un trabajado stand con obras del asturiano Fernando Gutiérrez, Ingo Giezendanner y Gerardo Custance. Para la galerista, «los resultados han sido mejores que el año pasado, con posibles proyectos institucionales que permitirán la promoción de nuestros artistas y nuevos contactos». «A una feria como esta se viene para obtener currículum, contactos personales e institucionales, tanto nacionales como internacionales, que no es posible tener en Asturias, y en ese sentido estamos satisfechos», aclara Nuria Fernández, que, no obstante, considera que «Arco es hoy por hoy una feria cara», «debería ser más competitiva», ante la proliferación de ferias de arte en las mismas fechas y en la misma ciudad.

Respecto al tono general del certamen, Diego Suárez ha visto un nivel de calidad «superior al de años anteriores», aunque con menos riesgos. Algo «normal en ciclos recesivos, como el que vivimos», aunque lo deseable sea la «actitud más experimental que se muestra en los ciclos expansivos, ya que los experimentos permiten que se abran puertas al futuro». Fernández, por su parte, ha disfrutado de una feria «más desahogada para ver, más espaciosa», en la que le han dejado buen sabor de boca las aportaciones de Los Ángeles -ciudad invitada- y algunos de los «Solo projects», aunque «haya habido en muchos casos un tono repetitivo».

Para el año que viene la directora de Arco, Lourdes Fernández, ya ha confirmado que habrá cambios en la estructura de la organización, con un comité único para galeristas e institución ferial; se prestará más atención a Iberoamérica y la reducción de galerías seleccionadas será aún mayor que en esta edición.