Llega el iPad, la tableta efervescente

Ya está aquí. El iPad, el nuevo mordisco de Apple a la manzana tecnológica, enciende hoy las tiendas españolas rodeado de la habitual expectación tras haber vendido 300.000 unidades en EE UU el día de su lanzamiento y un millón en el primer mes en el mercado.

Los alérgicos a las colas podían pedir por anticipado este pequeño ordenador portátil sin teclado y con pantalla táctil desde el 10 de mayo a través de la web de Apple. No hay datos exactos, pero sí uno elocuente: la empresa ya aplaza la entrega de su producto más allá de principios de junio. El escepticismo inicial de muchos se ha apagado: la tableta ya tiene a muchos que quieren llevársela a casa, tanto usuarios nuevos seducidos por sus prestaciones como adoradores de todo lo que sale de la sofisticada maquinaria Apple. Tampoco se sabe de cuántas unidades se dispondrá hoy en los distribuidores oficiales en España. Lo que sí se conoce es el precio recomendado del dispositivo: los modelos con wi-fi costarán entre 479 y 679 euros, mientras que los equipados con wi-fi y 3G tendrán un precio de entre 579 y 779 euros.

Las tres principales operadoras ya han hecho públicas sus tarifas. Vodafone ofrece dos tarifas planas, sin compromiso de permanencia, de 15 euros y 32 euros al mes. Movistar propone tres tarifas planas de datos y dos modalidades de prepago. Los usuarios que ya disponen de tarifas de datos para sus móviles, de 25 o 39 euros al mes, podrán conectarse sin coste adicional. Orange ofrece dos tarifas -diaria de 3,5 euros y mensual de 35 euros-, bajo la modalidad de prepago y sin compromiso de permanencia.

El iPad permite al usuario en su pantalla de 9,7 pulgadas surcar la red, leer periódicos y libros electrónicos, emplear cuentas de e-mail, ver fotos y películas en alta definición, y escuchar música como si de un iPod se tratara. Con 24,28 centímetros de largo, 18,97 de ancho, un peso de 680 gramos y un grosor de menos de un centímetro y medio, el iPad es muy manejable y su batería permite hasta 10 horas de navegación por internet a través de wi-fi, de reproducción de vídeo o de música.

Desde su puesta de largo, el iPad ha generado un aluvión de opiniones a favor y en contra. Las voces más hostiles subrayan que, por ejemplo, el iPad no permite imprimir, no almacena PDF, es rácano con la multitarea, no lleva cámara ni webcam, no permite ver vídeos en formato Flash (lo que «ciega» un número muy considerable de contenidos de internet), y no dispone de puertos USB ni ranuras de tarjetas ni salida HDMI.

Quienes defienden el iPad a tecla y espada hablan de lo facilísimo que es de usar, lo poco que pesa y su manejabilidad, que permite jugar, navegar, leer o ver fotos y vídeos en cualquier lugar y situación, y con una gran calidad de imagen, que peligra a la luz del sol, pero que en interior no fatiga la vista gracias a la regulación a la carta del brillo de la pantalla, el tamaño y la fuente de letra.

La principal «víctima» del iPad está clara: los «netbooks». Según una encuesta, un 78 de los usuarios norteamericanos prefieren comprar un iPad. La gran diferencia entre ambas opciones es la ágil y precisa experiencia multitáctil que aporta la pantalla del invento de Apple, al que además se le puede incorporar un teclado externo si se prefiere. El sistema operativo es también más seguro: el iPhone OS gana a los que esperan en los «netbooks», en su mayoría con sello Microsoft. Y como siempre que hablamos de Apple, los virus lo tienen más difícil para atacar un iPad.

Un aspecto del producto que destacan quienes ya lo han probado es su capacidad como lector de libros digitales. De hecho, hay expertos que aseguran que es el mejor soporte para tal fin. Y, como sucede siempre en el entorno Apple, su criatura viene con una cascada de aplicaciones descargables bajo el brazo en la App Store, una tienda virtual repleta de «carritos» de compra para enriquecer y potenciar un dispositivo que, como ya ocurriera con el teléfono móvil iPhone, mejora sus prestaciones día a día, casi casi, a gusto del consumidor.