El escultor estadounidense Richard Serra, que mañana recibirá el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, ha admitido hoy en Gijón haber descubierto su vocación de niño con sus primeros dibujos y estar condicionado al arte desde los cuatro años, cuando su madre comenzó a presentarlo como su "hijo, el artista".

Serra, que esta tarde ha participado en un encuentro con estudiantes, artistas y galeristas en el Centro de Arte Laboral de Gijón, ha evocado sus inicios y ha asegurado que su determinación de vivir de sus obras la tomó porque "quería vivir de una manera alternativa, distinta a la del resto".

El galardonado se ha definido como perteneciente a una generación de jóvenes que en Nueva York querían inventarlo todo sobre la marcha" y ha valorado la impronta que le dejó la obra pictórica de Velazquez, que con "las Meninas" le descubrió una nueva visión integradora.

Serra ha dicho que al observar por primera vez ese cuadro en el Museo del Prado se sintió observado por el autor e integrado en el entorno como si el mismo formara parte de la obra creada por Velázquez al estar allí parado mirándolo.

El escultor norteamericano ha dicho que el dibujo es algo que ha hecho "toda la vida" y le permite "mantener los ojos abiertos como músculos en tensión".

Serra ha recordado sus primeros dibujos sobre papel de envolver la carne que el carnicero le daba a su madre para que pudiera dibujar sobre él ya que no podían comprarlo por ser "una familia pobre".

El artista, que mañana recibirá el Príncipe de Asturias de las Artes, ha recordado que su madre le llevó los dibujos a su maestro de escuela y que éste le dijo que "tenía que hacer algo con este niño, como llevarlo a los museos".

"Desde ese momento, mi madre me presentaba a sus amistades como mi hijo, el artista, y eso definitivamente condicionó mi futuro", ha asegurado Serra. EFE