Santiago / Barcelona / Madrid,

Paula PÉREZ / Agencias

Las calles de Santiago de Compostela ya están despejadas para el recorrido del «Papamóvil» y la plaza del Obradoiro luce sus mejores galas, la ciudad está blindada con 6.000 agentes y se supone que unos doscientos mil fieles. Todo está a punto para recibir hoy al peregrino Benedicto XVI. Los Príncipes de Asturias, el vicepresidente Alfredo Rubalcaba y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, recibirán al Papa en su segundo viaje a España. El acto central de su visita será una misa en el Obradoiro ante algo más de seis mil personas. A última hora de la tarde volará a Barcelona, donde mañana consagrará el templo de la Sagrada Familia.

Rubalcaba, que une a su condición de vicepresidente la de ministro del Interior, garantizó ayer la seguridad del Pontífice «al cien por cien». Lo hizo tras conocerse la pérdida de un dossier de once hojas con información confidencial sobre parte del dispositivo policial, encontradas por un vecino en una calle de Barcelona. «Garantizamos toda la seguridad del viaje, entre otras cosas porque los papeles no son el plan de seguridad, sino que trataban de algunas cuestiones logísticas», afirmó.

En su habitual comparecencia tras el Consejo de Ministros, Rubalcaba realizó una crítica velada a la actitud del ciudadano que en vez de llevar la documentación hallada a la Policía optó por hacerla llegar a la emisora radiofónica RAC1.

El Papa estará acompañado por el Gobierno «en todo momento». El propio Rubalcaba lo recibirá tras su aterrizaje en España y será el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quien lo despida a su partida. En Lavacolla estarán también los ministros gallegos José Blanco (Fomento) y Francisco Caamaño (Justicia). El Santo Padre mantendrá una audiencia privada con don Felipe y doña Letizia, así como con Rubalcaba.

A continuación se desplazará en el «Papamóvil» hasta la catedral en un trayecto de 11 kilómetros y a una velocidad de entre 20 y 30 kilómetros por hora, lo que le permitirá ir saludando a las personas que se congreguen en el camino.

La ciudad de Santiago se ha llenado de flores y pancartas de bienvenida. El alcalde de Santiago ha pedido a los vecinos, a través de un bando, que engalanen sus balcones, lo que ha originado una cierta polémica ya que el colectivo «Galicia Laica» se queja de que el regidor compostelano anime a los ciudadanos a participar en los actos de una determinada confesión religiosa.

A juicio de Rubalcaba, «la visita va a transcurrir bien y va a reflejar, aunque no sea el objetivo fundamental, que hay un clima de relaciones cordiales con el Vaticano y con la Iglesia católica que el Gobierno está empeñado en mantener».

La llegada de Benedicto XVI coincide con la decisión del Gobierno de Zapatero de aparcar el proyecto de ley de libertad religiosa. Según el Gobierno, en estos momentos no es un asunto prioritario.

La visita ha causado malestar en varias organizaciones de carácter laico, que han organizado actos o concentraciones de protesta. Un grupo de ellas ha convocado para mañana, en Gijón, un acto «cívico laicista». En concreto, las convocantes son «Asturias Laica», Conseyu de la Mocedá de Xixón, Conseyu de la Mocedá de Llaviana, Juventudes Socialistas de Gijón, Mocedá de Izquierda Unida, Estudiantes Progresistas, Suatea, CC OO, FAPAS, COAPA, Ateneo Republicano de Castrillón y el Bloque por Asturies. La concentración, con el lema «La visita del Papa ¡no con mis impuestos!» será a las 12 horas en el paseo de Begoña.

Por otra parte, Leo Bassi se paseó ayer por el centro de Barcelona subido en vehículo caracterizado como un «Papamóvil» desde donde repartió preservativos para recibir, a su manera, a Benedicto XVI.

Bassi se presentó en el centro comercial Fnac Triangle con su traje de payaso y la cara blanca, y explicó que su idea inicial era grabar unas imágenes provocativas delante de la Sagrada Familia, pero no ha podido porque estaba «superlleno» de policías. Me gustaría ver al Papa con un lamparón en el traje para demostrar que es humano», afirmó.