Zaragoza / Oviedo, Agencias

Benedicto XVI ha nombrado obispo de Huesca y Jaca a monseñor Julián Ruiz Martorell, hasta ahora vicario general y rector del Seminario de la Archidiócesis de Zaragoza. Ruiz Martorell, cuya consagración episcopal se celebrará el próximo 5 de marzo, sucede en el cargo al ahora titular de la diócesis de Oviedo, Jesús Sanz Montes. El nombramiento de Ruiz Martorell libera al arzobispo de Oviedo de su labor como administrador temporal de ambas diócesis oscenses.

En la primera comparecencia pública tras anunciarse su designación, el nuevo mitrado ha hablado de la «angustiosa sacudida» de la crisis económica y de la necesidad de afrontar sus embates con actitud ética «amiga de las personas». Ruiz Martorell (1957, Cuenca) está doctorado en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y desde su ordenación sacerdotal, en octubre de 1981, ha ejercido diversos cargos en Aragón, el último el de vicario general.

Monseñor Julián Ruiz tomará posesión como obispo de Huesca el 5 de marzo y más adelante, en una fecha todavía por concretar, de la diócesis de Jaca, algo que para él supone «un honor y una satisfacción, al mismo tiempo que una responsabilidad, compromiso y servicio».

Poco después de conocerse el nombramiento de su sucesor, el arzobispo de Oviedo lo felicitaba y le ofrecía su colaboración. «Nos ponemos a su entera disposición para preparar su llegada y, hasta que llegue ese momento, seguirá contando con mis servicios y disponibilidad como administrador apostólico de Jaca y Huesca», señala Sanz Montes en una carta dirigida a los fieles de ambas diócesis.

Del nuevo titular de las diócesis, Sanz Montes, ha dicho que es «bien conocido y apreciado, por lo que se recibe el regalo de este buen hermano con los brazos abiertos».

Ruiz Martorell compartió ayer, según él mismo reveló, un desayuno «amistoso» con el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, a quien informó del nombramiento y con quien mantuvo una conversación informal en la que se ha abordado el conflicto de los bienes religiosos de las parroquias aragonesas depositados en Lérida.