La cueva de El Sidrón ya tiene libro, aunque no se haya presentado ni se pueda adquirir

Oviedo, M. S. MARQUÉS

La cueva de El Sidrón ya tiene su propio libro. Con el título «La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias). Investigación interdisciplinar de un grupo neandertal», el volumen, financiado por la Consejería de Cultura, es un amplio y riguroso estudio que da respuesta a muchas de las preguntas que el yacimiento neandertal más destacado de la península Ibérica ha planteado desde su aparición.

Entre esas respuestas no está la que se hacen algunos de los participantes en el proyecto, que no entienden por qué el libro no fue presentado debidamente en los últimos meses y se distribuye ahora, casi a escondidas, sin que nadie más que los receptores, a los que se está enviando desde la Consejería de Cultura, tenga noticias de la existencia de un trabajo fundamental para conocer todo lo relacionado con un yacimiento que interesa no solo a expertos en la materia. Tampoco favorece ni a la difusión del libro ni al conocimiento de los neandertales asturianos el hecho de que el volumen no entre en el circuito comercial. No se pondrá a la venta, por decisión de Cultura.

Antonio Rosas considera «una pena que no esté comercializado para que pueda ser accesible a todo el mundo. De esa forma entraría en las dos o tres librerías españolas que distribuyen textos de esta materia en el ámbito internacional».

El volumen tiene como editores científicos -aunque no figuren en la cubierta por expreso deseo de Cultura- a Marco de la Rasilla, Antonio Rosas, Juan Carlos Cañaveras y Carles Lalueza-Fox, responsables de distintas áreas de investigación cuyo trabajo ha servido para descifrar el laberinto de los restos óseos localizados en la cueva piloñesa, trabajo para el que la muerte de Javier Fortea, primer director de las excavaciones, supone un antes y un después. Así lo entiende el paleoantropólogo Antonio Rosas, que afirma que los resultados de ese primer ciclo ya han llegado. «Los primeros objetivos están cumplidos y es bueno que las conclusiones queden publicadas porque sobre ellas se puede trabajar».

Al margen del lamento por la política de distribución, Rosas está satisfecho con el producto. «Está bien editado, con buen grafismo, y en lo que se refiere a los contenidos hay un buen equilibrio entre el rigor científico y la divulgación».

Con algo más de doscientas páginas, el libro no deja ningún detalle sin atender. Se inicia con el descubrimiento de los fósiles para ir describiendo el complejo cárstico donde se localiza el yacimiento y la evolución geológica de la zona y áreas limítrofes. Otro apartado fundamental es el que responde a la pregunta de cómo llegaron los fósiles al interior de la cueva y a la búsqueda del lugar de procedencia.

La naturaleza de los neandertales de El Sidrón, el modelo evolutivo, el canibalismo, el primer ADN, el proyecto genoma neandertal... son materiales ampliamente presentes en el libro, que también se centra en las herramientas que utilizaban y la datación de los fósiles.

El volumen se abre con un capítulo de reconocimiento al fallecido Javier Fortea, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo e investigador principal del proyecto de la cueva de El Sidrón, que defendió desde el primer momento.