La reina era Carolina de Brandeburgo, que también se murió como «dueña» de la América del Norte. «The Natural History...» es «una magnífica representación del espíritu de la Ilustración desarrollado en Europa en el siglo XVIII», según se comenta en la reseña de «Las horas de los libros», el catálogo editado en 2009 por el Principado y el Banco Herrero con comentarios sobre lo mejor de las colecciones bibliográficas asturianas.

En «The Natural History...» «se combinan a la perfección el contenido científico y la belleza formal», añade el comentario a la obra. Las láminas fueron dibujadas, grabadas y, posteriormente, coloreadas por el propio naturalista, un increíble todoterreno con un gran poder de observación.

En los textos y en las láminas se explican los detalles anatómicos, las costumbres y los hábitats de pájaros, peces, serpientes e insectos. Las más de doscientas láminas explican a la vez flora y fauna. El color se ha mantenido con una pureza extraordinaria, tal y como señala el director de la Jovellanos, Fernando García Abella, quien reconoce una especial predilección por la obra.

Los grabados de las ediciones del libro que se conserva en Gijón se han convertido con el paso del tiempo en todos unos clásicos. Internet está plagado de ellos y hay un mercado de láminas por las que no parece pasar el tiempo. De hecho, al libro de la Biblioteca Jovellanos le faltan cinco láminas del tomo 1 y una lámina del tomo 2. A alguien les gustaron especialmente...

Dos tomos para explicar toda una vida de trabajo que culminó gracias a esta obra con Mark Catesby como miembro de la Royal Society de Londres, la entidad centenaria que ganó el premio «Príncipe de Asturias» de Comunicación y Humanidades 2011.

La edición de 1754 fue revisada por el también naturalista inglés George Edwards. Era un insigne ornitólogo.