Alvite resalta la importancia de acercarse con los niños a internet desde la infancia y de crear un clima de comunicación que permita saber lo que hacen solo preguntando

¿Cómo navegan los jóvenes por internet?

Ellos han aprendido de una manera muy intuitiva y su navegación está relacionada con sus intereses. Hay grandes diferencias de sexo: las chicas son más usuarias de redes sociales y buscan lo que tiene que ver con comunicar, intercambiar opiniones, hablar...; sin embargo, del juego en red son mucho más usuarios los chicos. Lo usan, sobre todo, como vía de comunicación y de buscar información de lo que no tienen cercano y no tanto para estudiar, que lo hacen pero no es su prioridad.

¿A qué edad se inician en internet y las nuevas tecnologías?

Cada vez empiezan antes y además internet ahora es más rápido, llega a más gente, ya lo tiene todo el mundo en el móvil... Los inicios están en torno a los 10 años.

¿Es una edad algo precoz?

Es bastante aproximado a toda Europa, pues normalmente a partir de los 10 años aprenden competencias digitales en el colegio, y está relacionado con páginas para ellos, pero claro, de ahí al salto de la falta de control, es cierto que es precoz. Yo, por ejemplo, no veo razón para que un niño de 11 años tenga móvil con conexión a Internet, no me parece que haya una razón apropiada para su crecimiento que lo diga.

¿Cuál sería el momento ideal?

Esta es la pregunta del millón y tiene que ver con las responsabilidades. ¿Quién es apto para tener más autonomía y libertad? Quien demuestra tener más responsabilidad. Y hay unos chicos que antes y otros que después. Yo no pondría una edad concreta, eso sí, cuando llegamos a la adolescencia el trabajo ya debe estar hecho, aunque hay padres que es a partir de ahí cuando intentan poner límite.

¿Los chavales hacen un buen uso de internet en general?

En general sí, la gran mayoría sí. Lo que creo es que la accesibilidad a internet cuando a uno no le han dado las herramientas de precaución que debe tomar resulta mucho más peligrosa.

¿Hay un abuso?

Hay épocas. Una persona en el desarrollo de su vida quizás tenga un momento en el que abusa y después de la novedad o cuando surgen otras cosas, esto desaparece. Pero sí, también hay abusadores de internet, y lo que pasa es que dejan de desarrollarse en otros aspectos de su vida. Además, en los adolescentes para mí hay un abuso en lo referido a los contenidos.

¿Qué quiere decir?

Internet es un reflejo de los seres humanos, son pequeños retazos de la humanidad, y hay grandezas y miserias. A mí me preocupa el acceso a páginas que tienen contenidos no apropiados para según qué edades. Y donde creo que esto tiene una consecuencia importante y que veremos con el tiempo es en la pornografía, pues si no has tenido una educación afectivo-sexual como toca –y la pornografía no es más que una distorsión de la vida sexual–, puede ser un problema. También es un abuso en chicos con factores personales que les condicionan para las relaciones interpersonales, pues son tímidos y no se controlan bien en espacios abiertos, y aquí encuentran un sustituto perfecto. Pero eso es una minoría.

Habla de la pornografía, ¿qué otros peligros hay en internet?

Contenidos nocivos relacionados con violencia. Las páginas relacionadas con anorexia y bulimia, que muchas veces están desarrolladas por gente con gran capacidad de liderazgo que se convierte en gurú de gente muy joven. Todo lo que tiene que ver con estafas, el juego en internet. Y otros peligros que están más cerca de lo que pensamos y que tienen que ver con el acoso sexual, el ciberacoso, el grooming –mayores de edad que simulan ser menores y después hacen chantaje normalmente con intención sexual–. Estos son los peligros y se trata de enseñárselos, de poner en aviso a nuestros hijos.

Precisamente, ¿qué papel deben jugar los padres?

El mismo que cuando salen a la calle a jugar y les enseñamos qué ocurre si se acerca un desconocido, que antes de cruzar deben mirar y que aunque estén en un paso de peatones no se fíen del coche... Estas cosas básicas, pero en la red. Y sobre todo, la labor fundamental de la familia es crear un clima de comunicación suficientemente rico como para saber lo que hacen nuestros hijos solo porque se lo preguntamos. No vale hacer de detective; hay muchos padres que espían y buscan en el historial, pero eso rompe la confianza. ¿Cómo riñes a alguien diciéndole: he entrado a mirar y he visto que has hecho...?. Pero cuesta mucho, sobre todo en la adolescencia.

Por eso comentaba antes lo de empezar antes.

Claro, es que el trabajo empieza en la infancia, es antes cuando tienes que poner las bases. La comunicación, transmisión de valores...

¿Cómo hacer para no convertirte en el enemigo, en quien intenta entrometerse?

En la adolescencia el hijo te tiene que ver, no como un enemigo pero sí... Intenta despegarse porque tratas de saber cómo quiere ser y lo necesita. Los padres deberíamos vivirlo como algo normal. Pero el trabajo hay que hacerlo antes, en definitiva es esto.

¿Qué errores están cometiendo los padres?

Si ponemos una herramienta en manos de nuestros hijos, tenemos que conocerla. Sin llegar a ser expertos, es fácil aprender a utilizar estas tecnologías. Se trata de hacerlo en compañía: ellos ponen las ganas de descubrir y nosotros, el sentido común. Y si no estamos al lado para poner el sentido común, se quedan solos con sus ganas de descubrir y ahí quizás vienen los riesgos.

¿Hay muchos padres que se desentienden?

Yo creo que muchas veces el ordenador se ha convertido en la nanny de nuestros hijos, igual que la televisión. Llevamos un ritmo de vida que hace que todo sea más complejo. Lo que toca es establecer prioridades, y a veces, estas pasan por dejar de lado algunas cosas, que cada uno decida según la vida que quiere vivir y que le quiere ofrecer a sus hijos.

¿Cuál sería la pauta a seguir con el uso de internet?

Acercarse desde que son muy pequeñitos con ellos. Además, los niños pequeños no necesitan navegar, nosotros podemos crear una carpeta con aquellas páginas que son solo para ellos. Nuestros ordenadores tienen que estar también preparados con buenos sistemas de filtrado, aunque estos no son garantía al cien por cien. No podemos dejar en las manos de ningún filtro lo que nos toca a nosotros, a los padres.