El champú usado para lavar el pelo de los caballos está causando furor entre los consumidores, que guiados por consignas publicitarias tales como fortalece, da brillo y volumen, e incluso evita o frena la caída del pelo, han volcado sus expectativas en este producto, cuyo ingrediente principal es la biotina, vitamina B8, que también está presente en muchos alimentos, como clara de huevo, pescado azul o cacahuetes.

La fiebre que ha generado este artículo está provocando una catarata de opiniones, entre ellas la de la Academia Española de Dermatología y Venerología, que asegura que ni éste ni cualquier otro champú puede ser eficaz en la prevención o tratamiento de la caída del pelo, ya que «se trata de un producto muy bien estudiado que sirve para lavar el cabello, pudiendo mejorar sus condiciones cosméticas. En algunas ocasiones puede ser beneficioso en el tratamiento de patologías del cuero cabelludo, pero en modo alguno tiene eficacia sobre la caída del cabello ni sobre su prevención». Otros comunicados similares, como el lanzado desde la Unión de Consumidores, ponen en entredicho las supuestas cualidades milagrosas del popular champú, al tiempo que resaltan la falta de evidencias científicas que avalen dichas propiedades.

Si bien la biotina puede actuar sobre algunos tipos de alopecia, para que sea eficaz se ha de tomar por vía oral, señalan desde la Academia de Dermatología. Porque a través de la piel no actúa, no se absorbe de forma tópica, comenta Juan Carlos Vázquez, director médico de Svenson, firma dedicada al tratamiento del cabello. De hecho, los veterinarios recetan biotina a los caballos para mejorar la calidad de la piel y del pelo y, sobre todo, para hacer frente a los problemas que padecen en los cascos (las uñas), una dolencia bastante frecuente. «Pero siempre se les administra por vía oral y los resultados se detectan pasado aproximadamente un año», comenta Francisco Rivera, veterinario del centro ecuestre El Asturcón, en Llanera.

El éxito que ha adquirido este champú partió de los elogios que le lanzaron algunas estrellas de cine, alabanzas que fueron recogidas en blogs y páginas de internet hasta llegar al ciudadano de a pie, que comenzó a demandar el producto. La cadena de supermercados Mercadona fue la primera empresa en distribuirlo masivamente, aunque estos champús se encuentran desde hace tiempo en el mercado veterinario para el cuidado de la higiene animal. «Llevamos años vendiéndolo, pero en las últimas semanas ha aumentado notablemente la demanda. Cuando la gente nos lo pide, les hago hincapié en que se trata de un producto para caballos», apunta la farmacéutica ovetense María Antonia de la Vega, cuya farmacia está especializada en productos de veterinaria.

Aunque hasta la fecha no se conocen daños que haya causado el champú de caballo, el doctor Juan Carlos Vázquez recomienda usar los fabricados para el ser humano. «Nuestra estructura química es distinta y, por tanto, también debe serlo el producto con el que nos lavamos el cabello».