La taquilla del cine español volvió a descender, según informaban ayer los productores. Lleva «la cosa» torcida varios años. Y mientras estas cifras escandalosas para la industria ocurren, sus protagonistas se enzarzan en discusiones con quienes critican el rendimiento tan bajo. Echan mano de la protección francesa a su cine, aunque el sistema de subvenciones allí es bien distinto y, también allí, suelen hacer seis o siete películas al año con resultados internacionales. Aquí se vive de Almodóvar en el extranjero y de «Torrente» en España. A Almodóvar no se le da la misma bola aquí que por el mundo, seguramente porque aquí se encuentra con envidias y peleas locales, seguramente porque para aquí su cine igual es demasiado de autor. A «Torrente» se le niega por todo lo contrario: por palomitero a la española y hortera. Bueno, bien, vale. Se admiten ofertas. Que unos cuantos presenten algo que consideren culto, pero que a la vez funcione en taquillas, porque, por muy culto y de autor que fuere, si no ingresa esto se hunde.