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NICOLA BELLER CARBONE | Soprano alemana, debuta en el Campoamor

"Es una cursilería hablar de escándalo en 'Pepita Jiménez' "

"La zarzuela de Albéniz es muy expansiva, perfumada y con un sonido poderoso que recuerda las sinfonías de Chaikovski"

Nicola Beller Carbone, en la tarde de ayer, en el Campoamor. JULIÁN RUS

La soprano alemana Nicola Beller Carbone ensaya estos días junto al resto del elenco, coro y orquesta, la zarzuela "Pepita Jiménez", de Albéniz, que se ofrece en primera función el próximo lunes en el teatro Campoamor de Oviedo. Habla perfectamente español ya que pasó infancia y juventud en San Sebastián, Zaragoza y Madrid, mientras se formaba como cantante. La producción que se verá en el coliseo carbayón es de los Teatros del Canal de Madrid y del teatro argentino de La Plata y cuenta con la dirección de escena de Calixto Bieito. El maestro Marzio Conti, con Oviedo Filarmonía y la capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, llevará la dirección musical.

-¿Cómo es el papel de Pepita Jiménez?

-El papel procede de una novela de Juan Valera que quizá mucha gente conozca. La versión es en inglés. Sorprende. Pero los que le pagaban a Albéniz pusieron esa condición. Y en relación a la novela esa circunstancia es especialmente extraña. Incluso a la hora de cantar. La música, claro, recuerda al Albéniz de la suite Iberia a cosas españolizantes y choca con el texto en inglés.

-¿Hay más diferencias?

-La novela es caleidoscópica. La zarzuela, no; los personajes transitan en un mismo plano. Como es sabido, se trata de una joven viuda que se enamora de un futuro cura. Por ahí sale toda la problemática de ella, sus sentimientos, la moral de aquella sociedad y las coordenadas del joven que va a ser cura, don Luis, que se siente atraído por la joven y, en medio, su vocación. El entorno es de personajes costumbristas, del pueblo. Calixto Bieito pone la acción en la España de los años cincuenta. La novela es muy anterior.

-Esa distancia...

-Los problemas que aparecen en la obra de Albéniz siguen surgiendo en la actualidad. No están necesariamente vinculados a un pasado remoto.

-¿Cómo es vocalmente?

-Está escrita de alguna manera como una sucesión de secuencias. Eso es algo típico de Albéniz. Cada escena se subdivide en secuencias melódicas: un motivo, un momento culminante y termina ese pequeño ciclo. Entra otro personaje y vuelve todo. La escritura es un poco fraccionada. Vocalmente es difícil mantener la tensión. No es una escritura como las de Puccini o Strauss con desarrollos largos, que pueden durar quince minutos. Por eso vocalmente es difícil. Empiezas y empiezas de forma sucesiva. Ocurre lo mismo con todos los personajes, con don Pedro, con Luis, con el tenor, con Pepita... siempre estructuras pequeñas.

-¿Y la orquestación?

-Es una orquestación romántica para un conjunto grande. En el primer conjunto que ensayamos ya vimos, con el maestro Conti, que hay que buscar el balance sonoro. Los instrumentos a veces doblan la melodía que se canta así que hay que bajar a piano, de lo contrario no se oyen las voces. Es una obra muy expansiva, perfumada y con un sonido poderoso. Me recuerda a las grandes sinfonías de Chaikovski. Y a veces de oye la "Tosca" de Puccini y cosas straussianas. A los que les gustan la sinfonías les dará muchas satisfacciones.

-Llega con ecos de escándalo. Lo ve así o le parece una cursilería.

-Es una cursilería hablar de escándalo en Pepita Jiménez. La puesta en escena es muy estética, muy elegante, sin momentos de escándalo. El tema de la obra está claro. Se denuncia la hipocresía del clero, de don Pedro, padre del futuro cura, un tipo feudal. Es el patrono de la gente que vive en el pueblo. El cura en el confesionario es, para Bieito, hipócrita. Se insinúan abusos. Son cosas que existen, abusos de niños en la Iglesia. Y el coro es el propio de la sociedad franquista, hacen lo que dice el señorito. Las mujeres que no se atreven a decir lo que sienten. Son muy devotas y no ponen en tela de juicio su fe. Si alguien se escandaliza por eso se escandalizará también leyendo un periódico. La estética no tiene nada feo o vulgar o de mal gusto.

-Habla perfectamente español.

-Me crié en España. Nací en Mannheim, en Alemania. Viví de niña en San Sebastián, donde mi padre era profesor en el colegio alemán. Después en Zaragoza. Estudié en la escuela superior de canto de Madrid. Marché de España con 29 años. Me casé en Italia y vivo allí.

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