Un millar de alcaldes y cargos locales, incluidas las regidoras de Madrid y Barcelona, reivindicaron ayer su papel como actores de proximidad para modificar las prácticas sociales ante el cambio climático y adaptar las ciudades, principales centros de emisiones de dióxido de carbono (CO2), para reducir contaminación. "Los gobiernos locales y los alcaldes están muy cerca de la sociedad civil y para ellos es fácil poner en marcha esta nueva forma de hacer democracia", resaltó la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena.

Carmena aseguró que Madrid se ha fijado como objetivo "imprescindible" reducir las emisiones causantes del efecto invernadero "entre un 35 y un 40 por ciento" de aquí a 2020, para lo que se hace necesaria "una movilidad baja en carbono". En pleno episodio de alerta por contaminación, la regidora consideró "un gran éxito" las medidas puestas en marcha esta semana para mitigarla, porque el Ayuntamiento actúa con transparencia al ofrecer información sobre la situación real.

Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, afirmó que el compromiso de la capital catalana es disminuir en al menos un 40% las emisiones de CO2 respecto a 2005, dentro de un plan consensuado con "más de 800 entidades sociales", lo que es clave para que tenga éxito". "Si los estados no actúan, las ciudades no podemos esperar", subrayó Colau, quien se mostró particularmente beligerante con la inacción de los estados.

A su juicio, las ciudades, por ser los principales focos de emisiones, necesitan "financiación" y que se les reconozca "como actores internacionales para tomar parte en las decisiones y en los planes de acción".