La especialista en estudios clásicos Mary Beard, el sociólogo cubano-americano Alejandro Portes, el entomólogo y biólogo estadounidense Edward O.Wilson y el filósofo norteamericano Michael J. Sandel, son cuatro de los candidatos con más posibilidades para hacerse con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales cuyo jurado acaba de iniciar sus deliberaciones en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. El fallo se conocerá mañana miércoles.

Alejandro Portes (1944) es un prominente sociólogo cubano-americano de la Universidad de Princeton y miembro de la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Sus estudios están enfocados en la inmigración en EEUU y los factores que marcan la vida de los inmigrantes y de sus hijos.

El biólogo Edward Osborne Wilson es conocido por su trabajo en evolución y sociobiología. Una de sus especialidades son las hormigas y la utilización que estas hacen para comunicarse. El doctor Wilson es una de las dos únicas personas que han recibido la concesión más alta en ciencias de Estados Unidos, la Medalla Nacional de la Ciencia. También está en posesión del premio Pulitzer de literatura en dos ocasiones. También ha recibido el premio Crafoord que concede la Academia Sueca.

La británica Mary Bear es autora de obras de referencia para el estudio de la antigüedad como "El triunfo romano" o "Pomeya". Es una destacada especialista en los estudios clásicos, además de catedrática de Clásicas en Cambridge. Es también una crítica temible que cuenta con un blog muy seguido y con una columna en el diario The Times.

El filósofo Michael J. Sandel se ubica dentro de la corriente teórica "comunitarista" y es conocido por su crítica a la Teoría de la Justicia de John Rawls. Entre sus últimos trabajos se encuentra el libro "Contra la perfección", que aborda la ética en la época de la ingeniería genética. Su posición es este sentido se inclina a aceptar el destino (genético) tal y como se presenta, la llamada "apertura a lo recibido". "Cambiar la naturaleza de nuestros hijos para que tengan un mayor éxito en una sociedad competitiva puede parecer un ejercicio de libertad, pero es lo contrario a ella", ha afirmado.