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Ángeles Caso rescata a la mitad olvidada del arte

La escritora asturiana presenta "Ellas mismas", autorretratos de ochenta "genias" de la pintura

Ángeles Caso rescata a la mitad olvidada del arteÁNGEL GONZÁLEZ

La escritora asturiana Ángeles Caso (Gijón, 1959) acaba de publicar el libro "Ellas mismas. Autorretratos de pintoras", con el que rescata la figura de 80 pintoras y fotógrafas profesionales "que tuvieron carreras de éxito pero que han sido menospreciadas, cuando no abiertamente silenciadas, por la historiografía del arte tradicional". Este libro, con 148 reproducciones a todo color, ha sido editado gracias al micromecenazgo, con las aportaciones de 1.600 personas que contribuyeron a que este proyecto de Caso, historiadora del arte de formación, saliera adelante. El volumen también cuenta con la colaboración de los principales museos de España, entre ellos el Museo del Prado, el Thyssen o el Museo de Bellas Artes de Asturias.

El rescate que Ángeles Caso hace de tantas pintoras olvidadas comienza ya en los primeros trazos del ser humano, con un capítulo dedicado a las artistas de la Prehistoria. La escritora asturiana cita las investigaciones de John T. Manning, del departamento de Biología de la Evolución de la Universidad de Swansea (Reino Unido), que descubrió una relación entre el índice y el anular de las manos humanas que permite determinar que el 50% de las extremidades de las pinturas rupestres corresponden a mujeres. Y así, desde la caverna, Ángeles Caso empieza a iluminar una historia del arte que está protagonizada "por miles de señores con barbas y bigotes" que ostentaban el pincel mientras ellas aparecían retratadas como "damas infinitas", prostitutas o, en resumen, meros objetos carnales.

Frente a esa galería universal de la masculinidad, Caso opone 80 ejemplos de pintoras deslumbrantes y muy pocas conocidas por el gran público (apenas Frida Kalho y Tamara de Lempicka). Y todas ellas proclives al autorretrato. Mucho más que los hombres artistas. Dice Ángeles Caso que ellas siempre se reflejan en el lienzo sin ese erotismo que sistemáticamente les conferían los pintores masculinos. Buscan una apariencia seria, a la altura de su capacidad intelectual, de su estatus como artista. "Buscan dignificarse" antes que mostrarse como el objeto "apatecible" que los hombres gustaban de pintar. La tendencia femenina al autorretrato proviene, según la escritora asturiana, de la relación "más intensa, carnal y física" que la mujer mantiene con su cuerpo. En parte por la "imposición cultural" que siempre pesa sobre ellas para que vigilen su aspecto y también por sus propias características físicas (menstruación, embarazos). Asegura Ángeles Caso que "los libros de la historia del Arte no cuentan la verdad, al menos no toda la verdad". No quita ni un ápice de genialidad a los artistas masculinos que han dejado su huella en nuestras retinas, pero advierte que la mitad femenina está en sombra, en un rincón del gran cuadro de este claroscuro de sexos. Y es esa sombra la que ahora queda iluminada en este volumen lleno de mujeres que nos miran con inteligencia.

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