Quién le iba a decir al combativo George Orwell, que vivió la carnicería de la guerra incivil española y montó una rebelión en la granja donde unos son más iguales que otros, que su novela distópica 1984 se convertiría en inesperado best seller gracias a Donald Trump y sus amenazas. El martes, el libro llegó al primer puesto en Amazon y la editorial ha pedido 75.000 copias más del libro ante un incremento del 10.000% en las ventas. Sigue encaramada en la cumbre. La obra llegó a situarse en el puesto 34 de títulos más vendidos en España el año pasado, cuando Obama aún estaba en el Despacho Oval.

Quien creara la expresión Gran Hermano para profetizar la llegada de un ojo que todo lo ve para que los poderosos en la sombra tengan todo bajo control vuelve a estar de moda. Siempre sucede cuando el mundo va a la deriva y los populismos disparan los riesgos de que la Humanidad caiga en brazos de la tiranía.

Cuando el nuevo gobierno que ocupa la Casa Blanca ensucia la realidad ofreciendo "hechos alternativos" falsos para intentar desmentir que la ceremonia de investidura fue un fracaso en cuanto a asistencia de público, cuando el nuevo presidente se defiende cual calamar gigante de las acusaciones de injerencias rusas en las elecciones apuntando a supuestos amaños que permitieron votar a millones de ilegales, cuando un portavoz suelta la coz a los medios de comunicación para que cierren la boca, cuando se aprueba la construcción de un ridículo muro con México y se intenta humillar al país vecino haciendo que lo pague, cuando un dirigente político justifica y alienta la tortura, cuando se habla abiertamente de implantar "la ley y el orden" en los "centros urbanos" de Estados Unidos sabiendo que, como recuerdan los opositores a Trump, quien lo promete tiene entre sus devotos seguidores a neonazis y racistas de armas tomar...

Cuando el poder trata de imponer silencio a las voces críticas, permite cualquier método inhumano para extraer información o escupe patrañas para ocultar sus propias miserias, las profecías de Orwell salen de su retiro y regresan a la actualidad como punta de lanza intelectual contra cualquier germen de autoritarismo. En realidad, Orwell (1903-1950) no pretendía escribir sobre el futuro pues su mente estaba puesta en el tiempo que le tocó vivir, con el estalinismo cavando fosas y llenando las cárceles a diario. Pero su 1984, ambientado en un país llamado Oceanía, sirve ya para cualquier tiempo de autoritarismo. Y, sobre todo, sirve para que la sociedad crítica e independiente de estados que aún son democráticos, y nadie duda que el país que de momento gobierna Trump lo sigue siendo, permanezca en permanente estado de alerta contra cualquier intento aplastar la libertad y los derechos civiles.

En el prólogo a la edición española, Umberto Eco escribe: "El libro es un grito de alarma, una llamada de atención, una denuncia, y por eso ha fascinado a millones de lectores en todo el mundo".

Escuchemos.