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La moda de Tapia da la puntada en París

El joven Arturo Obegero ficha como diseñador junior de la histórica Casa Lanvin tras formarse en la prestigiosa escuela Saint Martins londinense

Arturo Obegero, con sus amigos y modelos Lucía Cancio, Carlos Rovés y María García, que lucen tres de sus diseños. T. C.

Cuenta el tapiego Arturo Obegero que a los 15 años decidió empezar a ahorrar para cumplir su sueño de formarse en Central Saint Martins, una de las más prestigiosas escuelas de moda. "Los mejores diseñadores del mundo, gente a la que yo admiro, salieron de allí", apunta, satisfecho, tras lograr su primera meta vital. Y es que acaba de concluir un máster de año y medio en el afamado centro londinense, lo que le ha permitido crear su primera colección.

Se llama "Palmira" por su abuela -Palmira García-Pajares- y sólo incluye prendas negras en homenaje a su abuelo Pedro Obegero. Falleció antes de ver cómo su nieto Arturo, de 24 años, hacía realidad su sueño de adolescente. La colección tiene diez diseños, mitad de hombre y mitad de mujer, y cada prenda va dedicada a una persona de su familia, pilar fundamental para el tapiego.

Antes de llegar a Londres, Obegero se formó en el centro gallego Goymar y también tuvo la oportunidad de trabajar a las órdenes del diseñador asturiano Marcos Luengo, al que califica de "genio". Pero Saint Martins seguía en su cabeza, así que decidió poner rumbo a Londres y empezar a hacer pequeños cursos para mejorar su formación antes de que le seleccionaran para el máster en moda. "Tuve la suerte de que me aceptaran entre los cuarenta de la última promoción. Allí hay gente de todo el mundo. Un coreano, dos japoneses... Y uno de Tapia, yo estaba flipando", precisa, al tiempo que añade que esta última edición fue la que contó con más españoles (cinco con el asturiano).

Dice Obegero que este último año y medio ha constituido el periodo "más intenso" de su vida, pero no se arrepiente ni un ápice: "Fue lo mejor que pude hacer tanto a nivel personal como creativo. Te enseñan a diseñar, pero también te descubren a ti mismo".

Su primera colección bebe del flamenco, una música que le apasiona desde niño por "su esencia, fuerza y sensualidad"; de artistas que idolatra como Viviane Sassen o Charles Ray; de la moda de creadores como Balenciaga, y también del cine, en concreto de la cinta de Almodóvar "La piel que habito". Llegó a escribir al manchego y éste le envió materiales de la película para hacer el trabajo de campo. Ahora espera su respuesta, después de enviarle imágenes del trabajo final.

Uno de los objetivos del máster es abrir las puertas de los alumnos al mercado laboral y así ocurrió en el caso de Obegero, que, tras enviar su porfolio a todas las casas de París, convencido de que allí estaba su futuro laboral, recibió dos ofertas de dos firmas históricas: de Yves Saint Laurent y de Lanvin. Aceptó esta última y, una vez superada la fase de prueba, trabaja de diseñador junior en el equipo de diseño creativo de la marca. "Choca un poco el cambio porque sales de la formación, que es supercreativa, y pasas a trabajar bajo la visión de otra persona. Tienes que adaptarte. Pero estoy muy contento porque aprendo mucho".

Obegero no deja de soñar y en su mente está ser director creativo de una marca y contar con un "equipazo" de moda. Que así sea.

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