Algunos escritores e intelectuales tienen la necesidad de saber, de igual manera que lo intentó José Ortega y Gasset con un título que hizo fortuna, cuál es el tema o los temas centrales de su tiempo. El novelista gijonés Ricardo Menéndez Salmón (1971), que además de ser uno de los mejores narradores españoles del momento es filósofo de formación, nutre activamente esa nómina de pesquisidores. A su juicio, el asunto nuclear de estas dos primeras décadas del siglo XX es "la velocidad a la que suceden las cosas". Nada es ya como era ayer mismo. Y, además, esas transformaciones radicales (de nuestra relación con el tiempo a la llegada de la robotización o la exploración espacial) se multiplicarán aún más en los próximos años por la potencia de la alianza entre ciencia y tecnología.

"Es una de las cuestiones que define al sujeto contemporáneo: que no pisamos tierra firme", afirmó el novelista y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. Menéndez Salmón fue el encargado de abrir la séptima edición de Cultur3 Club, cita que acoge hasta el próximo domingo el Palacio de Revillagigedo. Protagonizó junto a Víctor Guillot, director del Centro de Interpretación del Cine en Asturias (CICA), una amena entrevista en el siempre acogedor marco de la Colegiata. Al hilo de su última obra, "Homo Lubitz", desplegó una aguda reflexión sobre las líneas de fuerza que atraviesan las dos últimas décadas y como se está produciendo una metamorfosis que ha llevado a algunos estudiosos a hablar de poshumanidad o trashumanidad. La posmodernidad se ha acabado y ya no sabemos exactamente hacia dónde vamos, aunque sí, en todo caso, que todo ocurre demasiado deprisa: "La velocidad de la realidad es muy alta".

Guillot preguntó a Menéndez Salmón cómo ha cambiado desde que publicó su primera novela, "La filosofía en invierno". Ese libro cumplirá veinte años en 2019. Respondió que quizás se ha vuelto más escéptico o menos crédulo, pero que sigue viendo en la literatura una herramienta de interrogación e indagación. Y añadió que, en ese y en otros sentidos, no ha perdido el "entusiasmo". "Los temas que me convocan y conmueven no han cambiado tanto", añadió. Un autor que cree en la novela como género "canibal", capaz de metabolizar los distintos discursos, y que hizo el elogio de Don DeLillo como paradigma de escritor atento -lo fue Kafka- a lo que el presente cointiene de futuro.

El Palacio de Revillagigedo acoge ya más de 300 obras de 44 artistas. El filósofo Manuel Cruz tiene previsto participar hoy en la nueva jornada del Cultur3 Club.