Viengsay Valdés (La Habana, Cuba; 1976) acaba de asumir la subdirección del Ballet Nacional de Cuba, dando el relevo en la dirección artística a la legendaria Alicia Alonso, que formalmente sigue al frente de la compañía. Valdés, que está casada con un ovetense y que se deja ver a menudo por Asturias, ha crecido personal y profesionalmente en la compañía cubana, en la que ingresó con 17 años, y ahora tiene en sus manos su futuro. En esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, realizada a través de un cuestionario, Valdés avanza sus planes. El 24 de mayo estará en el Campoamor, en el Festival de Danza de Oviedo, donde la compañía bailará "La Cenicienta".
- Toda su carrera está ligada al Ballet Nacional de Cuba, ¿cuál ha sido su momento más feliz en la compañía?
-En el Ballet me he formado como bailarina profesional, me he nutrido de grandes maestros como Fernando y Alicia Alonso, de las "Cuatro Joyas" del ballet cubano -Loipa Araujo, Aurora Bosch, Mirta Plá y Josefina Mendéz- y de otros grandes maestros. Paralelamente, he tenido la oportunidad de ser invitada por grandes compañías y galas internacionales, eso me ha permitido ganar en experiencia artística. Uno de los momentos emocionantes -y hay varios- dentro de la compañía fue ser promovida a primera bailarina, algo muy esperado por mi público. Fue un momento de júbilo que no olvidaré.
- ¿Se imaginaba, en sus inicios, al frente de la compañía?
-Siempre me consideré una integrante más. A medida que ganaba en experiencia y como parte de mi carrera, sí quise transmitir mis conocimientos como maestra y ensayadora a las nuevas generaciones de bailarines. Mi disposición fue la de apoyar en la medida que se me permitía.
- Sigue la estela de Alicia Alonso, que mantiene la dirección del ballet, supondrá una gran responsabilidad.
-Sí, sigo sus pasos y su legado, aunque yo tengo mi propio criterio y me gustaría aportar nuevas ideas para ser más coherente con los nuevos tiempos.
- ¿Qué es lo que más admira de Alicia Alonso?
-En Alicia admiro la pasión por la danza, esa dedicación que mantuvo durante toda su vida artística, y como persona y directora aprecio su exigencia y determinación.
- ¿Vive un buen momento la compañía? ¿Qué es lo que la distingue de otras formaciones?
-Los bailarines que integran la compañía actualmente son muy jóvenes, con mucho talento y deseos de bailar; pero indudablemente necesitan más experiencia y eso solo se consigue con la práctica. Nuestra compañía se caracteriza por ser de formación clásica aunque contiene un repertorio de más de 700 obras entre coreógrafos nacionales e internacionales, algo que le puede aportar versatilidad en su futura proyección. La escuela cubana de ballet extendió su influencia a todas partes del mundo, ha formado e impulsado a glorias de la danza, eso debe continuar en las futuras generaciones.
- ¿Qué objetivos se ha propuesto?
-Desde mi reciente nombramiento tomé en mis manos una programación anual previamente concebida, tendré que ir ajustándola paulatinamente para impulsar nuevos proyectos. Uno de esos casos es la gira por España, con un repertorio seleccionado a petición del empresario, eso debo asumirlo por acuerdos previos. Entre mis objetivos está impulsar la danza en nuestro país, seguir trabajando por el arte y la cultura y sobre todo recuperar la confianza para que las nuevas generaciones vuelvan a apostar por crecer artísticamente en la compañía. Espero contar con las energías, la experiencia y la visión necesaria para lograr estos objetivos.
- ¿Al asumir este cargo, serán menos frecuentes sus actuaciones como bailarina?
-El tiempo lo dirá. Ajustaré mi agenda para cumplir con ambas funciones. Siempre apuesto por la danza y a mi público me debo.
- ¿Volveremos a verla en Asturias sobre el escenario?
-Me unen lazos familiares a Asturias, por mi esposo y por amigos. Esté o no sobre el escenario, Asturias siempre estará en mi corazón.
