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XUACU PAJARÓN | Humorista

"El humor asturiano funciona en España, aunque yo en 'Zapeando' lo quité por complejo de aldeano"

"Toda la vida tuve problemas por mis bromas, pero ser gracioso también me sirvió para integrarme, tener amigos y trabajar"

El humorista Xuacu Pajarón, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

- ¿Es rentable hacer humor en las redes sociales?

-Por necesidad y por experimentar empecé con un vídeo tonto del turrón de Navidad, se hizo viral, lo dio la Ser, multiplicó por ocho mis visitas y en Facebook me ponen publicidad. No gano para vivir, pero aprendí de un error.

- ¿Cuál?

-En "Zapeando" (La Sexta) quité el acento asturiano, por el complejo de que es aldeano, y con él hago gracia en toda España. El humor asturiano funciona fuera; no nos sabemos vender.

Xuacu Pajarón (Oviedo, 1978) pasó la infancia entre el barrio de Teatinos y Valle (Villayón), "donde soy el nietu de Merceditas y 'Quique, el negro'. Me metí en la comisión de fiestas para que no se perdieran la Magdalena y la Collada". Era el gracioso en las reuniones en una casa en la que...

-Mi madre, Merceditas, tuvo una enfermedad en los huesos y dejó la caja central de Galerías Preciados para cuidarnos a mi hermana Isabel y a mí. Mi padre, Joaquín, tuvo tiendas de zapatos cuando éramos pequeños y luego vendió sofás por toda España.

- ¿Había humor en casa?

-Mi abuelo, gaditano venido a la Fábrica de Armas, se colaba en el desfile del Día de América tocando el tambor y lanzando los palillos, saltaba de espontáneo en la plaza de toros y hacía el canelo con los niños del barrio. Los ataques de risa que me daban en clase y que quería alargar eran mis momentos más felices.

(Estudió en el Hispania, en el colegio público de Pumarín y en el Alfonso II, en general, bien, mejor Historia y Lengua que Matemáticas, pero era "rebelde, graciosillo del asiento de atrás".

- Quería ser futbolista.

-Era portero, como mi padre, aunque jugaba bien con los pies. Empecé en las categorías inferiores del Real Oviedo y cuando cumplí en juveniles fui al Lealtad, en Tercera División, a los 20 años. De ahí fui a Madrid, al Alcobendas, rompí el cuádriceps y salí mucho por la noche. Volví a Tercera, en el Turón, Lenense, Mosconia, Covadonga.

- ¿Le costó dejar el fútbol?

-Me di cuenta de mis limitaciones, de que a lo más que podía llegar era a jugar el play-off con el Lealtad. Mientras tanto, Toño Velasco me llamó para Tele Asturias. Mis amigos dicen que conseguí vivir sin trabajar.

- ¿Subió al escenario...?

-A los 18 años actué en el Bar 13 y en el Isla de Cuba, de Puri y de Gerardo. Estudiaba en el Alfonso II, entrenaba a fútbol y era camarero a alguna hora. En los aniversarios, subía y hacía el canelo. Y con un micro y una botella de sidra... y muchas veces sin micro. Si hay ambiente, me toca: "Pont'ahí". "Ponte tú a cortar carne, que yes carniceru".

- ¿Ye sidreru?

-Sin sidra no sé qué beber, me gustan su cultura y su historia.

- ¿Tuvo líos por bromas?

-Toda la vida, pero el humor me ayudó a integrarme en grupos, sobre todo con los mayores, tener amigos, trabajar...

- ¿Para ligar? Las modelos dicen: "Lo que me gusta de un hombre es que me haga reír".

-Se ríen y ya está. Como todos, buscan un hombre curiosu. Tampoco tengo queja.

- Provoca con el fútbol.

-Aguanté toda la Tercera del Real Oviedo y estoy contra la violencia y el odio. Viví en Gijón, trabajo en Gijón y marché de allí, perdiendo la fianza del alquiler, porque el Sporting subió a Primera y todo eran festejos. El año que bajó el Sporting, no gasté una broma ni en las redes sociales, ni a los amigos, pero durante la Liga sí. Tengo amigos y no les deseo ningún mal. Cometí muchos errores.

- Por ejemplo.

-Me pasaron una camiseta y la puse. Cuando me di cuenta que traía "Puta Gijón", la quité, pero ya me habían hecho una foto.

- En una vida inestable.

-Me adapto. Trabajé para TPA desde que abrió, luego pasé cuatro años censurado porque hablo demasiado y no tenía buena relación con el jefe de contenidos. Cometí errores.

- Por ejemplo.

-En un aniversario del Real Oviedo, como oviedista, alenté desde el escenario cantos contra la TPA, por lo que consideraba su política informativa con el club. Me reconcilié al llegar Virgili, hicimos tres programas; mis compañeros siguieron, yo no.

- Su agencia de publicidad.

-Big Bird Producciones, por mi apellido. "Pajarón es apellido, no tendencia sexual", digo en el espectáculo. Me gustaban los programas sobre los anuncios. Descubrí a Toni Segarra ("A qué huelen las nubes" y "¿Te gusta conducir?") y me gusta escribir en corto. Me propusieron hacer publicidad con humor, funcionó muy bien y empecé a estudiar por mi cuenta. Mi socia Covadonga López, realizadora de TPA, lleva la parte técnica, y en dos años hemos hecho para Seat, El Gaitero. Ahora vivo de eso, de espectáculos de humor y de eventos.

- Prepara un espectáculo.

-De cosas cotidianas como asturianu repunante.

- ¿Ye repunante?

-Me voy haciendo. Hay cosas que nos molestan y de las que pasamos para no estar enfadados todo el día. Exagero ese enfado con la señora que tiene paraguas y va por debajo de los aleros, contra la gabinobaldosa salpicante. Mis pajas mentales funcionaron peor.

- ¿Con qué se masturba mentalmente?

-Con humor que me tomo en serio: Richard Pryor, Seinfeld, "Monty Python", "Tip y Coll", "Faemino y Cansado", Gila. El absurdo, un humor culto, me hace mucha gracia. Leo mucha historia. Me he prohibido hacer humor del cachopo y del peaje del Huerna.

- Vive en El Puntal.

-Con 19 años me gustó mucho, iba a Rodiles, hacía surf... Se vive muy bien. Tengo una casa con prau y vistas a la ría de Villaviciosa con un paisaje que, por la marea y la luz, cambia todos los días. Aprendí a trabajar la huerta con lo que me dicen los paisanos, no los libros. Hago sidra. Disfruto la vida en ropa vieja, poner una camiseta de talleres López y salir. Tengo el superpoder de convertir en pijama cualquier camiseta vieya. Hago vida en casa e invito a los amigos a pasar el día, sin coger el coche.

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