La Fábrica de Armas de La Vega, reconvertida en factoría cultural durante la Semana de los Premios, ya opera a máxima potencia. Ayer noche, la segunda sesión del espectáculo audiovisual "Tríptiko: una visión inspirada por El Bosco", la proyección del filme "El señor de las moscas" (Peter Brook), y el concierto "Ruido verde" atrajeron al enclave ovetense a cientos de personas. Pero había muchas otras que acudieron a La Vega sin entrada para asistir a las actividades, con el único deseo de ver las instalaciones permanentes y pasear por un complejo que, a juicio de muchos de los visitantes, debería estar abierto todo el año.
Para algunos, como el ovetense Carlos Fonseca, recorrer las calles de la Fábrica de Armas tiene una resonancia especial: "Estuve aquí unos meses en 1981. Estaba haciendo la mili y nos destinaron a la fábrica; recuerdo las guardias que hacíamos por estas calles". Para Fonseca, la recuperación de estas instalaciones para el disfrute ciudadano es pertinente, aunque tiene claro no deben destinarse a un uso comercial o empresarial: "Tiene que ser para el pueblo, para hacer talleres, actividades culturales, teatro...".
Aunque en los últimos años el complejo fabril ha abierto sus puertas en algunas ocasiones, aún sigue sorprendiendo a muchos visitantes, incluso de la propia ciudad.
La ovetense Cristina Gil y el gijonés Guillermo García entraron ayer por primera vez en las instalaciones. "Leímos sobre las actividades en LA NUEVA ESPAÑA y vinimos a verlo, y la verdad es que impresiona, deberían recuperarlo como espacio cultural de forma permanente", sostiene Cristina Gil. "Me ha sorprendido mucho cómo han logrado recuperar el espacio y darle vida. Y creo que recorrerlo de noche lo hace aún más especial". añade Guillermo García. Para estos dos jóvenes, todas las instalaciones preparadas por la Fundación Princesa de Asturias tienen su atractivo, pero es "Kyrie", la instalación artística sobre las representaciones de Cristo crucificado del Museo del Prado, la que más les ha llamado la atención.
"El espectáculo sobre El Bosco, 'Tríptiko', es impactante y me ha gustado mucho. Pero en su sencillez, en su recogimiento, casi diría que me ha impactado más 'Kyrie'. Me parece que transmite muy bien lo que es el Museo del Prado", sostiene el crítico de arte Luis Feás, que también aprovechó la noche de ayer para recorrer La Vega. "Es muy gratificante ver que la Fundación ha contado con muchos artistas asturianos para estas actividades", añade.
Desde Avilés llegaron Aída Suárez y Mari Luz Díaz, que se unieron en la Fábrica de Armas a su amiga Felicidad Menéndez para recorrer las instalaciones. "Ya vinimos el año pasado, y casi diría que me gusta más cómo lo han dejado este año, con tantas actividades relacionadas con el arte y con el Museo del Prado", sostiene Aída Suárez. "Tenemos reserva para varias actividades de los próximos días, pero no para el espectáculo del Bosco, que nos gusta mucho. Así que nos acercamos por si podíamos ver algo y visitar de paso la fábrica", añade Mari Luz Díaz, que finalmente pudo ver algunos minutos de "Tríptiko" desde el exterior.
Las actividades convencen a los visitantes, pero además La Vega les tiene enamorados. "Es un espacio fantástico, y la Fundación lo ha dejado muy guapo. La ciudad tiene que recuperarlo", sostiene Felicidad Menéndez. "La Fábrica de La Vega confirma el potencial que todos le conocíamos ya, es un espacio con muchas posibilidades y la Fundación lo aprovecha muy bien", añade Luis Feás, que hace suya una reflexión de la artista Sandra Estrada: "Ella dice que la Fábrica de Armas le recuerda a Berlín; es el Berlín que todos quisiéramos para Oviedo".
