El gran enemigo de los abuelos

La posibilidad de morir a causa del COVID-19 se incrementa si el paciente tiene una edad avanzada, muestra signos de sepsis o septicemia o tiene problemas de coagulación sanguínea. Éstas son las principales conclusiones del primer estudio publicado sobre la muerte de personas adultas infectadas por el coronavirus, un trabajo publicado por la revista médica "The Lancet" y realizado a partir del estudio de 191 pacientes del foco original, la ciudad china de Wuhan.

En este estudio, según informa la agencia SINC, se aporta por vez primera la imagen completa de la progresión de la enfermedad. "La media de duración de la fiebre fue de aproximadamente 12 días en los que lograron sobrevivir, y fue similar en los que no lo consiguieron. Respecto a la tos, puede durar mucho tiempo: el 45% de los supervivientes todavía tenían tos cuando se les dio el alta", indica el estudio.

La dificultad para respirar en los pacientes con disnea "cesó después de aproximadamente 13 días, pero duró hasta la muerte en los que fallecieron". El estudio también aborda el momento de la aparición de diferentes complicaciones, como sepsis, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), insuficiencia cardíaca aguda, insuficiencia renal aguda y la infección secundaria.

El profesor Bin Cao del Hospital de Amistad China-Japón y la Universidad Capital Medical de China, es el autor del estudio. "Recomendamos que sean necesarias pruebas negativas de COVID-19 antes de que los pacientes sean dados de alta del hospital", declaró a la agencia SINC. "En la gripe grave, tratamientos virales retrasados prolongan la duración de la liberación del virus, y juntos, estos factores ponen a los pacientes infectados en riesgo de morir". Añadió que del mismo modo, un tratamiento antiviral eficaz puede mejorar los resultados, "aunque en nuestro estudio no hemos observado un acortamiento en la duración de la liberación del virus después del tratamiento antiviral".