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La falta de coordinación duplica el virus

Los empleados públicos se quejan de falta de rapidez en aplicar protocolos para frenar la proliferación del coronavirus

La falta de coordinación duplica el virus

El freno al coronavirus se ha convertido en el mayor desafío en materia de salud pública que han debido afrontar las Administraciones en lo que va de siglo XXI. Cuando sabido es que la toma de decisiones a tiempo gana batallas y decide guerras, la definición de estrategias preventivas primero y de medidas paliativas después se convierte en el termómetro para medir la capacidad de reacción ante un fenómeno que ya sacude a la sociedad en sus hábitos cotidianos. La expansión del coronavirus primero en Italia y ahora en España plantea dudas razonables sobre la coordinación entre los distintos niveles de gobierno, máxime tras el conocimiento de los resultados de las medidas aplicadas en China, aunque los expertos ya advertían y coincidían en la dificultad que entrañaba extrapolarlas a los países europeos.

Cuando Italia se convirtió en el primer y principal foco de propagación de la enfermedad en Europa ya quedó de manifiesto la falta de una estrategia adecuada entre el Estado y los gobiernos regionales y locales, que fueron los primeros en tomar decisión bien diferentes, sin que esa disparidad de criterios estuviera fundamentada en razones sanitarias. Por ejemplo, el gobierno de Las Marcas, una de las veinte regiones italianas decidió cerrar sus escuelas cuando en su territorio del centro de la península no se había registrado ni un solo caso de contagio. O la región de Basilicata, que intentó restringir el libre movimiento de todos los ciudadanos procedentes del Norte, el área más castigada por la expansión del coronavirus, imponiéndoles la cuarentena obligatoria, una medida prácticamente equivalente a prohibir su entrada en este territorio del sur de la península itálica. Una medida que tuvo que ser atajada sobre la marcha por el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, poniendo de relieve el conflicto territorial Norte-Sur del país.

Cada región cayó en la tentación de ir por su cuenta ante la mayor epidemia en lo que va siglo, que por su envergadura requiere unidad de acción y de criterio, en suma de coordinación, porque los virus para prosperar no saben ni discriminan de límites geográficos o atribuciones de competencias de gobiernos locales, regionales o estatales. La falta de pautas claras incluso dio pie a la banalización sobre los efectos del coronavirus. Cuando se tomaron medidas de alcance para reducir la movilidad en el interior del país al objeto de atajar la expansión del virus, ya había miles de infectados por todo el país. Era tarde cuando la rapidez en atajar la expansión del virus es un elemento clave a juicio de los epidemiólogos.

Al registrarse los primeros casos de coronavirus con semanas de diferencia, España tenía la oportunidad de aprender de la experiencia previa italiana y de haber trabajado en protocolos preventivos que, si existen, brillan por su ausencia. Este martes una especialista de la sanidad pública asturiana se echaba las manos cuando veía y escuchaba a un grupo de italianos contar con todo lujo de detalles que no les habían puesto el termómetro ni aplicado ninguna medida de control tras aterrizar en Valencia para ver el partido de Champions del Atalanta: "Y hasta decían que como no podían entrar el estadio aprovecharían para ir a algún acto de las Fallas". Justo en el mismo día que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciaba la prohibición de vuelos directos desde Italia a los aeropuertos españoles.

"Frenar el avance"

"Asturias no es Madrid, de momento", trascendía de la reunión que el consejero de Salud mantenía el martes con la oposición, que por ahora respalda al Gobierno autonómico. Con el número de contagios en aumento, se trata de evitar que la pandemia colapse la sanidad. "Corremos el riesgo de llegar tarde y mal", coincidían ayer varios representantes sindicales. Algunos sindicatos vienen pidiendo desde principio de mes medidas que juzgan necesarias: "Es difícil de entender que no tengamos aún protocolos cuando la rapidez es clave para frenar el avance. Pero los ayuntamientos miran al Principado y las decisiones no acaban de llegar".

Ayer al cumplirse 12 días del primer caso confirmado de coronavirus en Asturias, tuvo lugar la primera reunión entre el Gobierno regional y los sindicatos para hablar de posibles medidas en la administración autonómica, mientras que el ayuntamiento de Gijón ya adoptó las primeras restricciones esta semana y en el de Oviedo, CSIF denunciaba "falta de sensibilidad con los trabajadores" y exigía "protocolos mínimos".

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