La medida de confinamiento de la localidad barcelonesa de Igualada, que seguramente tendrá que extenderse a otras localidades españolas, hacían inevitable la declaración del estado de alarma, que habilita legalmente al Gobierno para limitar los movimientos de las personas con motivo de crisis debidas a catástrofes naturales o epidemias, como es el caso del coronavirus. El estado de alarma, que es anterior a otros estados más graves, como el de excepción, tiene que se dictado por el Gobierno por un plazo máximo de 15 días, como explica el catedrático de Derecho Constitucional Francisco Bastida. Debe comunicarse al Congreso, y es éste el que debería aprobar su prórroga por espacio de otros quince días.

Según Bastida, el estado de alarma no puede suspender los derechos fundamentales, como la libertad de expresión, aunque sí el derecho de manifestación, toda vez que conlleva aglomeraciones de personas, que podrían extender el virus. Permitiría la requisa de determinados bienes, como ambulancias o mascarillas, o intervenir de manera transitoria determinadas industrias, como las de material quirúrgico.

La ley es clara: los funcionarios puede ser retirados si se oponen a las decisiones de la autoridad competente, las autoridades pueden ver retiradas sus competencias. El estado de alarma autoriza a limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados, o condicionarlas al cumplimiento de ciertos requisitos; permite practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones personales obligatorias; intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier naturaleza, con excepción de domicilios privados, dando cuenta de ello a los Ministerios interesados; limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad; e impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de los servicios y de los centros de producción.

Quedate en casa

El agravamiento de la crisis del coronavirus en España ha impulsado la campaña en las redes sociales #YoMeQuedoEnCasa lanzada antes en Italia para concienciar sobre la importancia de seguir las recomendaciones de las autoridades.

En el país transalpino, que ha adoptado drásticas medidas como el cierre de negocios y la restricción de movimientos, la iniciativa contó con el apoyo de rostros conocidos como los de Laura Pausini, Nek, Tiziano Ferro o Chiara Ferragni.