La primera noche de entrada en vigor del decreto que impone el aislamiento la Policía Local de Oviedo acudió al barrio de Las Campas, donde unos jóvenes se habían reunido para hacer botellón. Cuando llegaron las patrullas de la Policía los que estaban reunidos salieron corriendo.

También la misma noche una patrulla acudió a un local de hostelería de la plaza de Trascorrales para indicarles que debían cerrar.

En un locutorio, los agentes disolvieron a un grupo de clientes y uno de ellos fue denunciado al no querer someterse al control de alcoholemia y enfrentarse profiriendo insultos a los efectivos de la Policía Local.