De la cepa ahora epidémica del coronavirus se sabe, en realidad, bastante poco. Las tasas de mortalidad han ido variando (no parece que vaya a superar el 3% de media), su poder de contagio es ya mucho mayor que el esperado y su agresividad está, todavía, por ver. Pero también es cierto que, teniendo en cuenta los antecedentes de las cepas de coronavirus ya conocidas y del resto de virus estacionales de este tipo, lo "normal" sería que la propagación de la infección se mitigue por sí misma, como tarde, en mayo. Así lo afirma el especialista en enfermedades infecciosas Mauricio Telenti, que resalta que, pese a que las medidas de confinamiento deben cumplirse "a rajatabla", lo "previsible" es que Asturias "no sea de las más damnificadas" por el brote. "Creo que hemos actuado relativamente pronto", asegura.

Aunque no formase parte del imaginario colectivo, el coronavirus sí existía antes y lleva años colándose entre las epidemias gripales de cada invierno. "En Asturias el 5% de las gripes de un año normal son por coronavirus. Lo que pasa es que el que circula por ahí ahora es nuevo, pero su comportamiento debería ser más o menos similar al de su grupo", razona Telenti. En este sentido, ya se sabe que la nueva cepa del COVID-19 varía en, al menos, dos cosas: se contagia más fácil y, por tanto, su capacidad de provocar neumonías graves también es mayor. "En cualquier caso, la mortalidad sigue entre uno y el dos por ciento, que son porcentajes que se quedan muy lejos respecto de la epidemia de hace diez años" concreta.

Pero no deja de ser un virus estacional que debería morir sin mayor ayuda dentro de unas semanas, como parece haber sucedido ya en China. "No se puede afirmar nada y todos nos movemos de momento en el ámbito de la especulación, pero lo lógico sería que a mediados de abril el coronavirus decida marcharse a zonas más frías", adelanta el experto. ¿Por qué? Porque a los virus no les gusta el calor. "Por eso también en verano no hay gripes, y mira que estamos todos pegados unos a otros en el bar. El confinamiento es necesario, mucho, ahora, pero sí que hay motivos para ser optimistas. Esto no debería durar mucho y solo hay que tener paciencia", añade Telenti, que sí cree que España tendrá que mantener esta cuarentena, o al menos alguna medida de restricción, durante unos dos meses. "Para entonces, lo lógico será que el coronavirus se marche a zonas menos cálidas. Es lo que ya parece estar pasando, porque en Latinoamérica no se han visto muchos casos", explica. Lo que sí supone es que, tarde o temprano, la cepa recorra todo el planeta: "Ahora lo estamos sufriendo más en el hemisferio norte, pero tocará también en el sur o, al menos, en los países que tengan estaciones frías más marcadas".

A nivel regional, también hay motivos para el optimismo. "Con doscientos casos diagnosticados, probablemente habrá otros doscientos leves sin diagnosticar y las medidas agresivas ya están en marcha", asegura, y prosigue: "Creo que hemos actuado relativamente pronto para evitar situaciones como la de Madrid. No creo que Asturias vaya a ser de las más damnificadas por esto", afirma Telenti, que destaca que el mayor foco, el de Masaveu, apenas alcanzó los 40 casos.