El Banco Central Europeo (BCE) salió en tromba en la medianoche del miércoles al jueves para atajar la remontada de las primas de riesgo de los bonos soberanos en el área monetaria, que estaban siendo inducidas al alza por la crisis del coronavirus y el desplome de los mercados.

En una reunión de urgencia, tras otra jornada de histeria, la autoridad bancaria europea aprobó un nuevo plan masivo de compra de deuda pública y privada por un importe adicional de 750.000 millones hasta final de año, lo que, sumado a los 20.000 millones mensuales que ya estaba adquiriendo antes del COVID-19 (240.000 millones anuales) y a los 120.000 millones aprobados el día 12, arrojará un volumen de adquisiciones de 1,11 billones en 2020, equivalentes al 6,98% del PIB de la eurozona.

La contundencia de esta ofensiva supera a los 700.000 millones anunciados por la Reserva Federal de EE UU el día 3 y representa un ampliación de la base monetaria del BCE equivalente en un solo ejercicio a casi la mitad (el 42,77%) de toda la expansión monetaria propiamente dicha realizada por el BCE durante tres años y nueve meses tras la última crisis (entre el 9 de marzo de 2015 y el 31 de diciembre de 2018) y que ascendió a 2,595 billones.

Con la ampliación de este programa beligerante de compra de deudas públicas y empresariales, el BCE agrandará su balance desde el 13% del PIB en que se hallaba ante de las crisis de 2008 hasta el 47,98% al cierre de este año, casi 7 puntos más que al término de 2018, cuando cesó la gran expansión monetaria poscrisis.

La decisión del BCE supone una rectificación de la tibieza con la que se condujeron su consejo y su presidenta, Christine Lagarde, hace una semana, en el consejo del día 12, y que suscitó la decepción de los inversores. Entonces Lagarde incitó a actuar a los Gobiernos y a la Comisión Europea alegando que controlar las primas de riesgo no es misión del eurobanco. Sin embargo, la ampliación de los diferenciales de las deudas periféricas respecto a la alemana por el agravamiento de la epidemia, y en particular tras el anuncio de planes de choque de estímulo fiscal para intentar aliviar su impacto en la economía -lo que disparará el déficit presupuestario-, ha mutado la posición del BCE. Ahora -y ante el temor de que una espiral de pánico ensanche las primas hasta cuestionar la continuidad del euro como en 2010-2012- el BCE va mucho más lejos que nunca con medidas cualitativas sin precedentes: no excluirá a ningún país de las adquisiciones (desde 2015 lo estaba Grecia), está dispuesto a ampliar el programa cuanto haga falta, se saltará si es necesario el límite autoimpuesto de no comprar más del 33% de la deuda de cada Estado, amplía la gama de deuda empresarial adquirible si tiene suficiente calidad crediticia y se compromete a garantizar "condiciones financieras favorables" a "todos los ciudadanos" y a "familias, empresas, bancos y gobiernos". El BCE pasa así a ser prestamista de último recurso del conjunto de los agentes, y lo hace con una firmeza radical y un énfasis no visto desde julio de 2012: el BCE "hará todo lo necesario dentro de su mandato", "está totalmente preparado para aumentar el tamaño de sus programas de compra de activos y para ajustar su composición, en la medida en que sea necesario y durante el tiempo que sea necesario" y "explorará todas las opciones y todas las contingencias"

Y, en una advertencia de que no tolerará ataques selectivos a países concretos para reabrir las tensiones soberanas del pasado (lo que podría volver a cuestionar la sostenibilidad del euro, como en 2012), alertó: "El BCE no tolerará ningún riesgo para la transmisión de su política monetaria en todas las jurisdicciones de la zona del euro".

La amenaza del BCE disuadió de inmediato la fuga de inversores y a los especuladores bajistas. La prima de España cedió 43 puntos básicos (0,43 puntos porcentuales), 18 la irlandesa, 22 la francesa y la belga, 38 la portuguesa, 65 la italiana y 151 la griega. Todos los tipos de los bonos a diez años también cayeron, salvo los de los países considerados más ortodoxos (Alemania, Dinamarca y Finlandia). El interés español a 10años cedió del 1,24% al 0,9%. Las bolsas remontaron, salvo Lisboa. El Ibex recuperó el 1,93%. Nueva York también remontaba anoche.