Isabel Fueyo, una de las asturianas residentes en Hong Kong que han promovido la iniciativa de la donación de máscaras, dijo que la idea surgió el pasado fin de semana, cuando la comunidad asturiana fue consciente de las crecientes complicaciones de la enfermedad en el Principado.

"Nos pusimos las pilas y dijimos que hay que hacer algo, y decidimos enviarlas al HUCA. El sábado nos pusimos a coordinar, y tuvimos donantes muy generosos. Fuimos a comprar las mascarillas a las tiendas y conseguimos las 10.500 que ya hemos enviado". Para gestionar el envío, se pusieron en contacto con el subdirector médico del HUCA, Sergio Pérez Holanda, y con la fisioterapeuta del hospital Carlota Villa, hermana de María Villa, otra de las asturianas afincadas en Hong Kong que promovieron la iniciativa.

La intención es enviar más mascarillas en los próximos días. "Ves las cosas con impotencia, porque la gente te lo está diciendo, y es lo mínimo que se puede hacer", señala Fueyo, que asegura que en Hong Kong "la mascarilla ha funcionado muy bien". La región sufrió en 2003 por el SARS, una enfermedad más virulenta que el Covid-19 y con un índice de mortalidad mucho más elevado, y la gente aprendió la lección. "Por defecto, cuando la gente se pone enferma, se pone una mascarilla. En el momento en el que estalló esto en Wuhan, la gente se alertó y lo primero que hizo fue ir a comprar mascarillas, ahora es rarísimo encontrarte a alguien sin una mascarilla por la calle; la gente es muy disciplinada".

La región tiene siete millones de habitantes, y hasta ahora había en torno a 150 casos, aunque recientemente ha habido un repunte de casos debido a gente llegada de Europa, y las medidas para controlar el coronavirus se han vuelto a endurecer.