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Aumentan las consultas psicológicas por ansiedad en personas que viven solas

El Teléfono de la Esperanza recibe más llamadas, muchas de mayores que se sienten muy vulnerables y de jóvenes preocupados por su economía

Un voluntario, en la sede del Teléfono de la Esperanza en Oviedo. LNE

La incertidumbre y el aislamiento prolongado empiezan a hacer mella en la salud psicológica de los ciudadanos. En estas semanas de confinamiento se han incrementado las llamadas al Teléfono de la Esperanza de Asturias. El aumento es leve pero lo que llama la atención a los voluntarios que atienden el servicio es el perfil de quienes recurren a él. Un gran porcentaje corresponde a personas que viven solas y que sucumben al miedo, al sentimiento de vulnerabilidad y que echan de menos el contacto personal.

La mayoría de estas personas tienen una edad avanzada, pero no todas. El psicólogo Daniel López García, uno de los voluntarios del Teléfono de la Esperanza, atiende las llamadas desde su domicilio y entre ellas recibe muchas de gente en edad laboral, preocupada por el trabajo y los recursos económicos. Rosa de Arquer, otra psicóloga de la asociación, indica que hay personas que nunca se habían planteado buscar ayuda profesional y que en estos días llaman por primera vez al Teléfono de la Esperanza. Entre ellas hay autónomos acuciados por las deudas y trabajadores que han perdido su empleo.

La situación más crítica, comentan los voluntarios de la oenegé, es la de las personas mayores. "Los que viven solos y tienen hijos y familiares echan de menos sus visitas. Pasan mucho tiempo en soledad, no tienen los recursos de la gente más joven que se comunica a través de las redes sociales y los días se les hacen más largos", explica Daniel López, y a ello hay que sumar la preocupación añadida al saber que, por su edad, si contraen la enfermedad su pronóstico es peor.

Rosa de Arquer comenta que la ansiedad se ensaña con las personas que viven solas, "por la incertidumbre en lo práctico y en lo emocional". "En soledad, la ansiedad se gestiona peor", apunta Daniel López. Sabedores de esto, los responsables del Teléfono de la Esperanza han reforzado esa línea de atención y han organizado un servicio de asistencia continua para esos casos. "La gente busca con quien hablar", comenta Daniel López.

Rosa de Arquer alude a otros colectivos especialmente vulnerables psicológicamente durante estos días, como es el de los profesionales sanitarios y el del personal de las fuerzas de seguridad, sobrecargados de trabajo, obligados a afrontar situaciones dramáticas y más expuestos al contagio. Para ellos ya hay atención psicológica específica pero De Arquer advierte que el malestar no mejorará cuando la situación se alivie y que hay que estar atentos cuando la tensión baje. "No van a ser conscientes de lo cansados que están, física y psicológicamente, hasta que paren, será entonces cuando se permitan estar mal", señala. También los trabajadores de servicios básicos, como los reponedores, cajeros y otros empleados de establecimientos de alimentación, pueden resentirse anímicamente, por haber estado más expuestos al contagio, añade De Arquer.

Los voluntarios del Teléfono de la Esperanza recomiendan a las personas que tengan síntomas de ansiedad durante estos días que busquen ayuda psicológica. Existen muchos recursos gratuitos disponibles. También el Teléfono de la Esperanza ha habilitado un servicio más, promovido desde Asturias y que a través de la web www.compartevida.es permite acceder a consultas individuales. Está atendido por nueve psicólogos y por un médico de Atención Primaria.

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