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Crisis del coronavirus

Desesperación de los autónomos por la burocracia de las ayudas

"Están mareándonos y generando frustración", critican porque cada subsidio se pide en un sitio con una letra pequeña diferente

Una mujer pasa ante un bar cerrado de Gijón. JULIÁN RUS

Un único problema, los efectos económicos del COVID-19, pero decenas de ayudas parciales que conducen a otras tantas ventanillas digitales en las que se suceden trámites, cuestionarios, peticiones de documentación, certificados... Los empresarios, los autónomos, los trabajadores y los desempleados están pidiendo a las administraciones públicas que les echen una mano para superar el parón de actividad. Todos tienen el mismo problema, pero no hay una ventanilla única a la que acudir. O al menos una para cada colectivo, con lo que los trámites para solicitar esas ayudas se multiplican.

"Están mareando a los autónomos, llenándolo todo de burocracia y generando frustración en muchos", denuncia insistentemente Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), uno de los colectivos más afectados por el estado de alarma. De hecho, más de 23.000 trabajadores asturianos por cuenta propia (uno de cada tres) ya han solicitado el cese de actividad por el cierre de sus negocios o por una caída de la facturación de más del 75%.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, destacó ayer tras el Consejo de Ministros el "tratamiento especial" que el Gobierno le está dando a los autónomos "porque tienen un menor colchón de seguridad". Acto seguido comenzó a enumerar las ayudas ya aprobadas para ellos: la prestación extraordinaria por cese de actividad, las facilidades y bonificaciones para presentar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para los trabajadores a su cargo, la moratoria en el pago de cuotas de la Seguridad Social, las ayudas al alquiler de la vivienda, la moratoria en el pago de la hipoteca del local, la moratoria en el pago de suministros, los descuentos en la electricidad...

Ya son más de una decena de líneas de ayuda, pero cada una tiene su letra pequeña en forma de limitaciones y requisitos para acceder a ellas (en muchos casos vinculadas a la situación económica anterior al parón económico) y su solicitud conduce a una ventanilla digital distinta en la que en muchos casos hay que repetir los mismos trámites, volver a presentar documentación (en un momento en el que muchos autónomos están confinados en sus casas y sin las herramientas tecnológicas que usan en sus negocios) y armarse de paciencia ante los colapsos que se han producido en muchos portales digitales de las administraciones públicas.

El cese de actividad se tramita a través de las web de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social; los ERTE a través de portal de la Consejería de Industria y Empleo del Principado pero para la prestación también es necesario hacer trámites con el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE); las moratorias en los pagos de las cuotas hipotecarias y la solicitud de créditos avalados por el Estado se tramitan en los bancos; los aplazamientos en los pagos de las cotizaciones se hacen en la Seguridad Social; el acceso al bono social eléctrico se tramita con las compañías energéticas...

Y luego están los apoyos regionales complementarios, como la ayuda directa única de 400 euros que ya han solicitado más de 8.200 autónomos asturianos y que hay que tramitar a través del portal del Principado, disponer de certificado digital y también de fichero de acreedores, lo que en muchos casos obliga a hacer gestiones con los bancos. "La tramitación es sencilla, pero el obstáculo de los certificados ha llevado a muchos autónomos a pedirnos ayuda", señala Ignacio García, secretario general de CEAT-Asturias, la asociación de autónomos de FADE.

Los autónomos y los empresarios se encuentran además con la paradoja de que, por ejemplo, para tramitar los ERTE, algunos organismos del Estado les piden certificados de otros departamentos de la administración. "Deberían compartir la información. Cuándo aprenderán a olvidarse de las famosas parcelas de poder", clama el asesor ovetense Gerardo Norniella, que como la mayoría de sus compañeros de profesión no da abasto estos días. Muchos autónomos y empresarios han puesto en sus manos la tramitación de todas las ayudas a las que pueden optar. El Colegio de Graduados Sociales de Asturias, constata que, al extraordinario volumen de trabajo que tienen los asesores, "hay que añadir la imprecisión de las normas extraordinarias que han regulado los procedimientos y los cambios en los formularios y en los requisitos exigidos, que han sobrecargado el volumen de trabajo de los profesionales.

La burocracia ahoga a autónomos, empresarios y a sus asesores. "El Gobierno se escuda muchas veces en la burocracia para justificar su falta de respuesta rápida. Nuestra relación, por ejemplo, con la Agencia Tributaria es para toda la vida y de la misma manera que financiamos al Gobierno, que tarda un tiempo en devolver el IRPF, ahora se podría hacer con agilidad al revés", señala Jorge Suárez, presidente de la Asociación Asturiana de la Empresa Familiar (Aefas), que reclama simplificación en los trámites de las ayudas. "La administración debe de adaptarse con velocidad, como han hecho las empresas con el teletrabajo. Si en la solicitud de las ayudas hay trampas, ya tendrá tiempo la burocracia para ajustar cuentas con sus ritmos, pero lo que no se puede es dejar a las empresas que se desangren por falta de liquidez", añade Jorge Suárez.

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